TEMAS DE ACTUALIDAD
Thonya
y el Síndrome de Poder en Panamá

H.L. Haydee Milanés de Lay
Primera Vicepresidenta
de la Asamblea Legislativa
Luego de observar
el video que transmitió TV3, Televisión Española,
recordé de manera inmediata una explicación científica
que recibí hace algún tiempo, en uno de los múltiples
seminarios que hemos recibido los legisladores con diversos expertos
internacionales. Esta referencia conceptual que me vino a la
mente se denomina "Síndrome del Poder" y afecta
fundamentalmente a quienes de una u otra manera, tenemos la posibilidad
circunstancial e histórica de ejercerlo. Entiendo el concepto
de que el poder es la energía capaz de transformar las
ideas en algo concreto y está presente en todos los órdenes
de la vida humana. Así podemos identificar: un poder económico,
un poder político, espiritual, intelectual e incluso el
poder doméstico familiar.
Este ejercicio del poder, que está en todos los órdenes
de la vida, debe ser utilizada de manera adecuada, que pueda
ayudar a crecer a la gente y no ignorar su desarrollo, auspiciar
su libre albedrío para su pleno desarrollo y no coartando
su libertad y castrando sus potencialidades; éste debe
fortalecer y propiciar el mejoramiento de la calidad de vida
de los ciudadanos mediante modelos positivos, impulsores del
cambio y la transformación permanente y no con modelos
de efectos demostrativos de degradación y pérdida
de valores, que incitan a una patología social, que da
como resultado sociedades enfermas con altos índices de
corrupción, que llevaría fácilmente a la
autodestrucción desde los niveles institucionales, políticos,
económicos, culturales, familiares y morales.
CARACTERISTICAS DEL SINDROME DEL PODER
La primera características, es la impunidad.
Muchos de los ciudadanos que tenemos responsabilidades públicas
(ministros, legisladores, autoridades civiles, políticas,
etc.) debemos tener mucho cuidado y prevenir, evitando la impunidad.
La segunda característica, es el cometimiento del delito.
La práctica de la impunidad lleva fácilmente
el cometimiento del delito de todo orden: Económico, político,
social, incluso el maltrato familiar; es una característica
del abuso de poder afectivo, en muchos países de América
incluso en el nuestro.
La tercera característica, es el abismo o precipicio:
que es el corolario de las prácticas anteriores y que
se expresan en el ostracismo político, exilio o cárcel
para los que la aplican (casos específicos: Pinochet,
Collor De Melo, Lino Oviedo, etc.); descomposición familiar,
proliferación de delitos y violencias, degradación
y prostitución en ciudadanos y ciudadanas de diversos
estratos sociales, que han caído en el "Síndrome
del Poder", descrito anteriormente.
Es menester entonces que los ciudadanos panameños y
panameñas, "recibamos estas señales"
como síntoma de un síndrome que debemos evitar
a toda costa y luchar con ahínco y esfuerzo, ojalá
para erradicarlo de manera permanente. Aquellas personas a quienes,
por circunstancias de la vida, se nos ha permitido ejercer el
poder político, el cual debe ser adecuado y en beneficio
para los ciudadanos de nuestro país, eliminarlo por siempre.
El inadecuado mal uso del poder, como modelo demostrativo que
se repite desgraciadamente hasta en los ciudadanos más
humildes, está causando heridas profundas que de no hacer
un alto nos llevará al abismo.
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