EDITORIAL
Tercer juegos de esclusas
El macroproyecto del Tercer Juegos de Esclusas del Canal de Panamá, de concretarse, sería la más grande obra desarrollada por gobierno panameño alguno. Su inversión se estima entre 4,000 y 8,000 millones de balboas y aparte de esos costos financieros, el país debe sacrificar su ecología y tierras necesarias para ampliar la cuenca de la vía acuática. Es una obra que sin duda pondrá a mover la economía de Panamá, pero se deben analizar los costos versus beneficios. El país, por su posición estratégica, tiene vocación de servicio, pero un proyecto de tal magnitud aumentara la enorme deuda externa panameña y compromete a la nación financieramente, según cálculos conservadores, por un período de 40 años. Aunque en la actualidad cerca de 200 supertanqueros no pueden transitar por el Canal de Panamá, la tendencia es construir más embarcaciones de este tipo y de alto calado, por lo que el tercer juego de esclusas debería estar funcionando a más tardar en el año 2020. El Canal, cuya construcción iniciaron los franceses y completaron los norteamericanos, no es una ruta monopolica, ya que apenas el 4% del comercio mundial utiliza esa zona de tránsito, por lo que se hace impostergable el inicio de ese proyecto. La parte del financiamiento es el dilema. La Autoridad del Canal genera ingresos anuales por 783 millones de balboas, de los cuales 539 millones de balboas se van en gastos de operaciones. El fisco nacional debe recibir 198 millones de balboas, por las operaciones del Canal. Si la opción es financiar con recursos propios del Canal el proyecto del tercer juegos de esclusas, algo muy difícil por cierto, eso significaría que el fisco debería sacrificar esas entradas y por ende algunos iniciativas sociales contempladas con esos fondos. Lo más adecuado sería que los propios usuarios, vía peajes, financien esa monumental obra, ya que Panamá está aportando demasiadas cosas: está ampliando la cuenca del Canal de 339,649 hectáreas a 552,761 hectáreas y aportará más agua de la que concede actualmente para el esclusaje, al habilitarse tres nuevos lagos para esas funciones. El mundo debe entender que un país tan pequeño con un Producto Interno Bruto de 7,157 millones de balboas no puede comprometerse en la ejecución de una iniciativa, que puede absorber los ingresos que apenas sirven para atender las necesidades más apremiantes de su pueblo, de allí que deben ser las grandes potencias los que asuman los costos.
PUNTO CRITICO |
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