A partir de hoy y durante los próximo tres meses los panameños podrán expresar sus planteamientos sobre el anunciado proyecto de ampliación del Canal, una vez el ejecutivo lo presente ante el pleno de la Asamblea Legislativa.
Las expectativas están sobre tapete y, aunque la balanza se incline a favor del Sí, los grupos que adversan han advertido que comenzarán de lleno con sus propagandas para sumar a los que emitirán el voto No en un próximo referéndum.
La discusión inicia en un escenario político donde las bancadas aún discuten su postura, con excepción del Partido Revolucionario Democrático que apoya al 100% que la obra se concrete.
Expresidentes se han inclinado a su favor, mientras que los grupos radicales del sector obrero se opone abiertamente, al igual que un ex presidente y un ex sub administrador de la vía interoceánica.
Cualquiera que sea la postura final, cada panameño tendrá el derecho y obligación de expresarla con su voto secreto en el próximo referéndum cuya fecha deben definir.
La ampliación del Canal de Panamá será quizás el proyecto más trascendental del segundo centenario de la República. La construcción y operación de la vía acuática fue, junto a nuestra separación de Colombia, la iniciativa más importante de nuestros primeros 100 años de vida como nación.
Ahora, no hay duda que la ampliación canalera traerá años de bonanza para el país y generará miles de empleos, pero lo importante es analizar adecuadamente los pro y contra del proyecto, donde tendrá vital importancia las posibilidades de recuperar tan millonaria inversión.
Hay que mostrar una postura inteligente para definir el futuro del la vía y, por qué no, del mismo país.