Sorprendente e inimaginable es la clasificación de Paraguay como primero en el grupo F, por encima del campeón 2006, Italia, que tuvo una participación pobre en esta ronda de grupo.
Algo que es muy cierto y que ha quedado al descubierto en lo que va de esta contienda mundialista son las virtudes, pero al mismo tiempo las debilidades de muchas selecciones y la falta de trabajo en equipo; pero sobre todo en el aspecto psicológico de no poder con los errores cometidos y por la confianza que creen tener los llamados equipos grandes, ante selecciones que no tienen un recorrido hecho en mundiales pasados.
Sudáfrica 2010 será recordado por muchos como una herida que nunca sanará por la huella imborrable que deja, pero para otros es un momento de honor y gloria, Paraguay ha dado una muestra de que "querer es poder" y que para obtener un resultado positivo, debe existir motivación y coraje, prevaleciendo un matrimonio eterno entre el jugador y la camiseta y entrar a la cancha a ganar sin pensar en el nivel técnico del rival.