Su mirada se pierde en el horizonte.. el reflejo de un barco pesquero ilumina todo el portal de su nuevo y cómodo hogar.
Aquellas imágenes que se mezclaban entre el olor del mar y la pobreza, junto con el trabajo honrado y el deseo de superación, aparecieron en los recuerdos de Mariano Rivera Palacios, mientras sostenía el primer anillo de Serie Mundial que su hijo conquistó en 1996 con los Yanquis de Nueva York.
Hoy, Don Mariano ha cambiado su gorra de capitán por una de los Yanquis. Con una sonrisa no deja de disfrutar la nueva hazaña que está por conquistar su progenitor: los 500 rescates en el mejor béisbol del mundo.
Mariano Rivera Palacios, un triunfador.. un ejemplo de superación.. un "viejo zorro de mar", recuerda que emigró de Punta Alegre, Darién, hasta Puerto Caimito, en La Chorrera, una tierra en la que sus habitantes se dedicaban a tiempo completo a la pesca artesanal
"En Puerto Caimito, vivían mis hermanos", comentó Rivera, mientras se colocaba unos lentes oscuros y rompía en carcajada, porque deseaba salir como un artista de películas de cine en las fotos.
"Yo me inicié como pacotilla, que es el trabajador que recoge el pescado, lo mete a la hielera y luego lo vende. De ahí sacaba mi paga.. muchas veces no vendía ni un solo pescado, así que no cobraba", explicó.
Un breve silencio apareció en escena, suficiente para que Rivera recordara uno de sus primeros pagos como pacotilla.
"Gracias a Dios, hubo un señor que me daba un dólar semanal. Ese era mi pago.. por lo menos no me acostaba con mucha hambre", recordó.