El presidente estadounidense, George W. Bush, y su homólogo brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, demostraron el viernes su voluntad de sorprender al mundo mejorando la relación bilateral pese a ubicarse en extremos del espectro político, tras una reunión cumbre en la Casa Blanca.
La cumbre de tres horas -que incluyó una reunión ampliada con 10 ministros brasileños y sus contrapartes estadounidenses, así como un almuerzo- pareció acercar a los dos gigantes hemisféricos y a sus líderes, aunque la cancelación de una charla de Lula en la Casa Blanca y otra de funcionarios estadounidenses con la prensa allí acreditada generó suspicacias.
"Brasil es una parte increíblemente importante de una Norteamérica y Sudamérica pacífica y próspera. Puedo decir que desde la perspectiva de Estados Unidos esta relación es vital, importante y creciente", afirmó Bush al inicio de la reunión, en el despacho oval. "Esta es una relación madura e importante", insistió.
"Sin duda podemos sorprender al mundo con la relación" entre EEUU y Brasil, aseguró por su lado el izquierdista Lula, ex sindicalista metalúrgico temido en Washington y Wall Street por su discurso anti-estadounidense pero alabado ahora como un líder pragmático y respetuoso del libre mercado.
Ninguno de los dos aludió a las profundas diferencias sobre el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que Washington quiere terminar de negociar el 1 de enero de 2005. |