Como un buen samaritano, les dio el agua que pidieron y los desalmados le pagaron con torturas hasta que lo ejecutaron.
Ericberto Rodríguez Ábrego, de 21 años, fue asesinado por tres sujetos desconocidos que le propinaron cinco impactos de bala y tres puñaladas, en distintas partes del cuerpo.
Esto ocurrió a las 4:30 de la tarde del lunes en la finca El Jagua, ubicada en la comunidad Dos Aguas, de Río Chico, en Pacora, donde Ericberto tenía tres meses de estar trabajando junto a su familia.
Los homicidas se hicieron pasar por policías y llegaron a la finca pidiendo agua. Ericberto caminó hasta el portón, les dio el galón con el vaso, los asesinos lo halaron por el brazo, lo encañonaron e ingresaron a la finca y dieron inicio al horrendo crimen.
Al ver la acción, cuatro de sus familiares, entre ellos los progenitores, escaparon en medio de los herbazales, en donde permanecieron escondidos.
Los antisociales le hicieron a Ericberto varias cortadas en los dedos de las manos. Ericberto fue amarrado con una soga y la tortura se extendió a otras partes del cuerpo, donde le propinaron puñaladas y, por último, lo ejecutaron.
Después de que terminaron la escena, los matones fueron en busca de los parientes, quienes escucharon cuando decían: "Hay que matarlos a todos".
Por suerte, los criminales no encontraron a los familiares del occiso, quienes alertaron a las autoridades sobre lo ocurrido.
El cadáver fue levantado en la madrugada del martes, pues la finca está lejos de la carretera principal de Pacora.
En la finca, que es propiedad de españoles, se investiga la presencia de hangares, una pista de aterrizaje y una avioneta. Los forajidos buscaban "algo" y, como no lo encontraron, mataron a Ericberto.