Un colaborador quiere regalarnos esta reflexión. El señala que nadie ignora el grave daño que hace el fumar y respirar el humo de cigarrillo.
Hace más de 25 años que este mal se conoce, sin embargo los poderes económicos y el poco interés de las autoridades han ignorado sus efectos. Así empezó la marihuana y miren la peste que tenemos con la cocaína y otras.
Recuerdo que cuando yo trabajaba en el sector público, por los años 80, era cosa cotidiana encontrarse en un baño lleno de este humo, amén de que las autoridades permitían a las empresas productoras de este pedazo de veneno, inscribir en las cajetillas un cintillo que advertía de los peligros de esta adicción, pero en letras solo para lupas.
Lastimosamente se ha dejado extender el consumo de cigarrillo aunque actualmente la advertencia sea más severa. Paradójicamente, se permite que se trasmitan películas por la tele de artistas que inducen a los jóvenes y mayores, sin modelos paternales, a creer que esto es una elegancia.
No hay que dejar pasar desapercibido, el hecho que vivimos en una democracia en donde el ciudadano (a) puede hacer con su cuerpo lo que quiera, incluso dañarse a si mismo (a). Pero en 1 de Corintios 3: 16y 17 expresa: "¿No sabéis que sois el templo de Dios y que el espíritu de Dios mora en vosotros?", "Si alguno destruyere el templo de Dios , Dios lo destruirá a el ( ó ella) porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es". Debe prohibirse fumar en las terminales de transporte y en las ferias.
"Hombre respetado, mejor que riquezas" "No abriguéis intenciones culpables" "La lengua mentirosa odia Dios" "Las posesiones no dan vida" "La mirada despreciativa odia Dios" "Viviré feliz por haber perdonado" "No dictarás sentencias injustas". ¡Cambia por tu bien!