EDITORIAL
Prepotencia de los ministros y el personal subalterno
Algunos ministros del régimen que encabeza la Presidenta Mireya Moscoso parecen no darse cuenta que le son antipáticos a la ciudadanía. La arrogancia y prepotencia con que tratan al público y a sus subalternos, cada día les hace perder más imagen porque además de ser malos políticos se creen predestinados para mandar eternamente. Es increíble que cuando estallan las crisis estos ministros dejan pasar tres y cuatro días antes de enfrentarse al problema porque según ellos no negociarán bajo presión. Y así vemos cómo una chispa engendra un incendio de grandes proporciones por la indiferencia con que tratan un problema que es de fácil solución. El caso del Instituto América es un modelo actualizado de lo que ocurre en el Ministerio de Educación en que la titular de esa cartera no sale de su oficina refrigerada, porque según ella nadie la va a obligar a deponer su decisión, cuando este asunto bien pudiera resolverse en instancias superiores y con la aprobación de la jefa del Ejecutivo. Si la gran mayoría de los ministros procede con indolencia, los mandos medios por imitación se muestran crueles y despiadados en los despidos masivos que se siguen y seguirán dando, según sus declaraciones a los medios de comunicación. Ese personal subalterno de los mandos medios en ocasiones es más cruel que los del Despacho Superior y para ganar prebendas no escatiman esfuerzos en humillar al personal bajo su mando y a los usuarios que demandan algún servicio. La cooperación técnica se ha perdido y en vez de estos funcionarios de ayudar a resolver un problema, lo que hacen es poner escollos y trabas que dificulten una labor que con buena voluntad se pueda solucionar. Cuando a este personal se le llama la atención por alguna anomalía, reaccionan violentamente contra otros funcionarios de menor jerarquía. Lamentablemente en Panamá se da con frecuencia esta cadena o escalera de mandos que no resuelven ningún problema porque se aferran a reglamentos rígidos que ellos son los primeros en no cumplir. Exhortamos a estos funcionarios para que cambien de actitud, ya que esas posiciones no son eternas e inexorablemente “lo que sube, baja” eso indica que ningún gobierno es permanente y el que está hoy arriba, mañana puede estar abajo. Esta parece una lección que los políticos panameños no han aprendido y actúan como si ellos hubieran comprado las posiciones que ocupan o como si fueran una herencia real.
PUNTO CRITICO |
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