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¡Retírate papá!, claman hijos de Durán
Antonio Pérez M.
Crítica en Línea
Sonó el último campanazo, y el corazón de Jovhana, dejó de latir fuertemente, como muestra de alivio, porque la pelea había terminado y su padre concluía el combate de pie. Jovhana es la segunda hija de la leyenda viviente Roberto "Mano de Piedra" Durán, de su matrimonio con Felicidad Iglesias de Durán, y vino desde los Estados Unidos con su hija y esposo para pasar el día del Padre con el hombre que le dio el ser. Pero dos días antes de celebrar el día del padre, tenía que pasar por la angustia de ver al abuelo de su hija pelear en un tinglado, como un joven de 37 años, en busca de conquistar un título para Panamá. "Quiero que se retire, porque uno sufre cuando está allá arriba recibiendo golpes, pero si él quiere seguir peleando no podemos hacer nada y qué más nos queda, que apoyarlo", dijo Jovhana, minutos antes de iniciar la pelea de su padre Roberto Durán, ante el norteamericano Pat Lawdor. Ese día de la pelea, Roberto Durán cumplía 49 años de edad, y antes de subir al cuadrilátero se reunió en su. De su matrimonio con Felicidad; faltó su hija Irichel, con quien a tenido diferencias porque no quiere que siga sus pasos en el boxeo. Por compromisos de entrenamiento ella (Irichel), no pudo venir a la pelea, y tiene previsto llegar a Panamá mañana lunes, para un objetivo muy primordial: hacer las paces con su padre y pedirle que la apoye en su carrera de boxeadora. Su esposa Felicidad lo describe como un padre con buen sentido del humor pero ante todo un hombre recto, que impone su autoridad cada vez que siente que sus hijos hacen algo que no es correcto. Durán no quiere que sus hijos peleen y como buen padre, sabe que esta carrera es dura y no quiere que sus hijos sufran lo que él pasó, pero su esposa Felicidad considera "que los hijos no son de uno, sino son de la vida y son prestados". Irichel y Roberto “Chavo” Durán, están peleando, y desde que su padre se enteró, les dejó de hablar. Con Chavo hizo las paces y le permitió que lo acompañara en la esquina, ante ese combate con Lawlor. “Chavo” durante todo el combate no le perdió la mirada a su padre, y se dedicó a transmitirle todo lo que él ("Mano de Piedra") le enseñó desde pequeño. "Yo amo a mi padre, y siempre lo voy a querer, no por lo que él hizo en el deporte, sino porque es un buen padre, y ni hablar del orgullo que siento de toda la gloria que le ha dado a este lindo país que es Panamá", agregó "Chavo". "Chavo, en una entrevista con Crítica Libre, destacó que ser el hijo de una gloria como Roberto Durán le ha abierto muchas puertas, pero desde niño ha tenido que pelear por su padre. "Reconozco que tengo un apellido muy grande; tanto así que me sirvió para concertar una pelea en el extranjero", señaló Chavo. "Todos los periodistas internacionales, querían saber qué iba hacer el hijo de Roberto Durán, si iba a pelear como loco, pero gracias a Dios peleé como todo un profesional", enfatizó. "Te voy a ser honesto, yo no necesito del boxeo, pero me gusta porque lo viví de chico y me tentaron con una buena oferta y bueno lo demás ya todos ustedes lo saben". De acuerdo a "Chavo", han sido muchos los grandes momentos que ha vivido con su padre, pero una de las cosas que nunca olvidará es aquel 20 de junio de 1980, cuando su padre venció a Sugar Ray Leonard, en Montreal Canadá. "Ese día el público se volvió como loco en el gimnasio, y mi padre salía del ring victorioso, y aunque era muy pequeño, la emoción que sentí por dentro era tan grande que nunca le he olvidado", señaló "Chavo". Pero a pesar de todas estas grandes cosas, "Chavo" ha tenido que soportar que sus propios compatriotas hablen mal de su padre, y en ocasiones ha tenido que discutir fuerte hasta irse a los puños. "Todo el mundo tiene derecho a expresar sus opiniones, pero faltarle el respeto a mi padre no lo permito" destacó "Chavo". Pero "Chavo" no es el único que se ha visto obligado a pelear por el prestigio de su padre, el cuarto de los ocho hijos, quien también se llama Roberto Durán, una vez tuvo que enfrentarse a un taxista, porque estaba hablando mal de su padre sin saber que él era el hijo de la leyenda viviente. Relató que una vez se le dañó su carro y le dijo a un taxista "lléveme a la casa de Roberto Durán". La respuesta del transportista fue: "Durán ya no vive allí y los hijos le han salido malos, drogadictos borrachos, y uno está preso". "Al rato le respondí que yo era el hijo de Durán, dejándolo prácticamente en ‘shock’. Esto es uno de los tantos encontrones que he tenido en las calles para hacer valer a mi padre”. Para Jovhana, es costumbre que hablen mal de su padre, pero según ella es algo que no le roba la calma, porque lo que importa es lo que piensen sus hijos que son los que lo quieren. Hay que resaltar que en ese encuentro que tuvo Durán con Pat Lawlor, estuvo presente Iran Barkley, el contendor a quien el "Cholo" le arrebató el título mundial que lo convirtió en el primer latino en ganar cuatro cetros en diferentes categorías. Iran aprovechó para felicitar en el día del padre a su contendor y amigo Roberto Durán. Este boxeador norteamericano ahora está divorciado y no tiene a sus hijos con él. El "Cholo" Durán venció a Lawlor, y cuando se dirigió al camerino iba cargando sobre sus hombros a su hijo más pequeño y a pesar que en su rostro se dibujaba el cansancio lo invadía la felicidad, porque la celebración era por triple motivo: Ganaba un quinto título para Panamá, el Gimnasio Nuevo Panamá llevará su nombre, cumple un año más de vida y sobre todo celebrará hoy el día del padre acompañado de sus hijos y su nietecita.
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