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CONSULTORIO MEDICO
Los latidos irregulares por lo general son inofensivos

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H. R. Hiller
(c) 2001 United Feature Syndicate. Derechos Reservados

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Algunas investigaciones sugieren que las frecuentes CVP durante el ejercicio tal vez sean una señal negativa.

ESTIMADO DR. HILLER: Mientras estaba haciéndome mi chequeo médico rutinario, mi doctora notó una pausa en mi pulso que le impulsó a hacerme un ecocardiograma y un examen a través del monitor. Cuando acabó me dijo que mi corazón parecía estar bien, pero desde entonces he tenido latidos irregulares que han sido descritos en mi informe médico como "CVP unifocales no acompasados, ni acelerados". Mi doctora dice que no tengo de qué preocuparme. ¿Qué son las CVP? ¿Necesitan algún tratamiento?

ESTIMADO LECTOR: CVP es la abreviatura de Contracciones Ventriculares Prematuras, una latido irregular (arritmia) que se produce cuando la parte baja del corazón se contrae antes de tiempo. En una persona de corazón saludable, las CVP por lo general son inofensivas y no requieren tratamiento.

La acción de bombeo del corazón está controlada por impulsos eléctricos generados dentro del propio corazón. El marcapasos natural del corazón, el nódulo sinoatrial (SA), situado en la parte superior de la cámara superior derecha (el atrio), es el principal coordinador de las contracciones cardíacas.

Por lo general, cada latido comienza como un impulso eléctrico iniciado por el nódulo SA que se extiende a través de los dos atrios, causando su contracción y presionando la sangre hacia el interior de las dos cámaras inferiores del corazón, los ventrículos. En una fracción de segundo, los impulsos eléctricos alcanzan los ventrículos, produciendo el bombeo de la sangre nueva recibida hacia el exterior del corazón. Cada bombeo de sangre del corazón hacia el resto del organismo puede ser identificado como un latido. La unión arterioventricular (AV) está localizada justo encima de los ventrículos. Ella, y las áreas dentro de los propios ventrículos, también puede generar impulsos eléctricos si es necesario. Estas señales hacen posible mantener los latidos si el nódulo SA falla. Una CVP - también conocida como extrasístole ventricular, latido ventricular ectópico o complejo ventricular prematuro- sucede cuando una zona "irritable" de un ventrículo emite una señal eléctrica inadecuada que propicia una contracción ventricular antes de que la señal normal procedente del nódulo SA llegue a los ventrículos. Como resultado de ello, los latidos de los ventrículos se producen demasiado pronto, antes de que estén completamente llenos de sangre.

Las CVP son absolutamente normales. Entre un 20 a un 35% de los adolescentes tienen más de 50 CVP al día, y las contracciones prematuras empiezan a aumentar normalmente con la edad. Si usted se toma el pulso cuando le está ocurriendo una CVP, sentirá cómo los latidos pierden fuerza, aunque la mayor parte de las personas que tienen una CVP no lo perciben. Hay algunas personas, por el contrario, que sí pueden notar varios síntomas previamente.

Después de una CVP se produce una pausa prolongada de la función cardíaca, y la próxima contracción ventricular normal será más fuerte. Aquellas personas que lo sientan notarán como si su corazón diera un salto. También pueden sentir como un golpe o un tableteo en el pecho. Ciertas personas, especialmente aquéllas que padecen frecuentes CVP, encuentran que dichas sensaciones son extremadamente molestas.

Algunas personas con CVP pueden percibir los latidos en el cuello o en el pecho. Esto puede ocurrir si el atrio está intentando bombear sangre dentro de los ventrículos cuando éstos están contrayéndose y no pueden admitir más sangre. En tal caso, la sangre del atrio regresa poco a poco hacia las venas que nutren el corazón. Algunas veces, en caso de CVP muy frecuentes e intensas se reduce la cantidad de sangre que bombea el corazón, lo que ocasiona síntomas en forma de disfunciones tales como mareos, fatiga y, en algunos casos, incluso desmayos.

Aunque las CVP son generalmente inofensivas, pueden ser una señal de una enfermedad cardíaca subyacente, y su presencia puede estar relacionada con un aumento del riesgo de fallecimiento por causas cardiovasculares.

Para ayudar a determinar las implicaciones que para la salud tienen las CVP, su médico puede realizarle pruebas que le ayuden a analizar la naturaleza de las mismas y para averiguar si existe una enfermedad subyacente. Normalmente las pruebas que se realizan son los electrocardiogramas y la inspección mediante monitores, ambos en conjunción con un diagrama con la actividad eléctrica del corazón; y una ecocardiografía, para lo que se usa la técnica no irritante de los ultrasonidos, para examinar la estructura y la función mecánica del corazón.

El electrocardiograma y los exámenes por monitor pueden revelar la frecuencia de las CVP y si se producen en solitario, como un hecho aislado, o bien consecutivamente, en cuyo caso se les denomina acompasadas, aceleradas, o en forma de aldabonazos. Los médicos también pueden comprobar si las CVP se producen de la misma forma, como cualquier otro latido (bigeminio) o al tercer o cuarto latido (trigeminio o cuadrigeminio). En caso de que las CVP producidas en una zona especialmente irritable muestren la misma gráfica en el electrocardiograma, los cardiólogos podrán establecer si las CVP proceden todas del mismo sitio (unifocales) o proceden de más de un sitio (multifocales). Las CVP aceleradas y la CVP multifocales, comunes a la mayoría de las personas con problemas de corazón, entrañan más riesgo que las CVP aisladas y unifocales.

Un electrocardiograma también puede indicar la existencia de una muy poco común aunque preocupante clase de onda de frecuencia que tiene lugar al comienzo de una CVP (también llamada onda R) y que vuelve a aparecer al final de la prueba (la onda T) con anterioridad al latido.

El problema que entraña mayor riesgo respecto a las CVP es que pueden multiplicar los efectos de una arritmia más grave que podría desembocar en una muerte súbita, si bien esto es muy extraño en persona que no tengan ningún problema cardiovascular subyacente.

Algunas investigaciones sugieren que las frecuentes CVP durante el ejercicio tal vez sean una señal negativa, quizá un indicio de una etapa temprana de un problema vascular, indetectable por otros medios. Una de esas investigaciones reveló que durante un período de 23 años el riesgo de muertes por causas cardiovasculares era más de 2 veces y media más alto en hombres que habían tenido CVP frecuentes o de carácter acelerado mientras hacían ejercicio. En dicho estudio participaron más de 6,000 hombres franceses con edades comprendidas entre los 42 y los 50 años. Las conclusiones fueron publicadas en el número 21 de septiembre de 2000, de la revista especializada New England Journal of Medicine. Cuando un problema cardiaco subyacente coincide con las CVP, es frecuente que el problema sea más grave que la misma arritmia. El tratamiento para curar la enfermedad subyacente quizá reduzca tanto el riesgo de fallecimiento con la frecuencia de las CVP.

La medicación también puede servir para tratar las CVP, pero no parece que proporcione suficientes efectos positivos en enfermo con frecuentes y/o CVP sintomáticas. El riesgo de efectos secundarios de cierta gravedad es por lo general superior a los efectos positivos, por lo que dichos fármacos sólo se prescriben si ello significa reducir los síntomas en enfermos que estén muy afectados por sus CVP.

Si usted se siente muy afectado por los síntomas de las CVP, sería de gran ayuda que evitara ciertas cosas que en ocasiones producen más contracciones, como por ejemplo el alcohol, la cafeína, algunas medicinas, fumar y el estrés. Para algunas personas, el ejercicio físico supone una disminución de la frecuencia de las CVP. Un desequilibrio en electrolitos - sustancias como el magnesio, el potasio y el sodio que ayudan a transmitir las señales eléctricas dentro del cuerpo- también puede provocar las CVP, por lo que corregir cualquier falta de dichas sustancias es de suma importancia para reducir el riesgo de aparición de las contracciones.

Aunque las CVP que usted describe no parece que sean de mucha importancia, debe acudir a su médico si se produce un cambio repentino en la frecuencia de las mismas o en sus síntomas, o si usted desarrolla señales de padecer problemas cardiovasculares como dolor en el pecho, respiración entrecortada e hinchazón en los tobillos.

 

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