EDITORIAL
Grandes chubascos y tormentas
La reciente visita del presidente de los Estados Unidos mexicanos, doctor Vicente Fox no para parece haber amainado las tensiones y manipulaciones de protestas que se han dado en los últimos días en las ciudades terminales de Panamá y Colón.
El distinguido visitante ha tenido que enterarse del clima poco favorable para las inversiones debido a los crecientes movimientos de protestas y descontento popular que se han suscitado en las diferentes ciudades del Istmo. Los incidentes violentos en Colón no pasaron desapercibidos para los visitantes debido a la cobertura que le dieron los medios de comunicación panameños y del cual se hizo eco la pluma extranjera en momentos en que la Mandataria era condecorada en Guatemala, se reunía en El Salvador con sus colegas centroamericanos y acompañó al Presidente azteca a su llegada a Panamá donde hizo una visita oficial de 16 horas.
El efecto multiplicador de las manifestaciones de protesta no le hace ningún bien al país, pero es el Organo Ejecutivo el que provoca estos movimientos de descontento popular sin que haya respuestas positivas en la solución de estos problemas. Todo esto contribuye a erosionar más la imagen del actual gobierno que está en franco deterioro, mientras que el régimen busca sólo paliativos para atender las demandas de nuestro pueblo.
Hay amenazas de paro entre los productores avícolas, transportistas, docentes y ciudadanos de áreas marginadas que anuncian que cerrarán calles si el gobierno no les da respuestas a sus problemas. A todo esto, se detectan nuevos casos de corrupción y se insiste en investigar un proyecto habitacional de Pan-Canal, una licitación de mobiliaria en el Ministerio de Educación y la sospechosa insistencia de una concesión para la extracción de arenas en Farallón.
Si el gobierno no se ha dado cuenta, los periodistas visitantes han escudriñado la real situación económica de Panamá en cuya Avenida Central se perciben los efectos de la crisis financiera, ya que se ha procedido al cierre de numerosos establecimientos comerciales y ha bajado el consumo de la canasta básica familiar. Sólo unos cuantos privilegiados del régimen que fueron anteriormente enemigos del líder panameñista, Dr. Arnulfo Arias Madrid, son los que ahora están gozando de prebendas y canonjías mientras los arnulfistas por tradición y convicción siguen en el ostracismo político.
La vida nocturna prácticamente se ha acabado en Panamá y los centros de diversión se resienten por el poco circulante. Nada más subsisten algunos espectáculos con atracciones foráneas porque los artistas locales, como dice el vulgo "se están comiendo un cable", por lo que anuncian una serie de jornadas de protestas tirándose a las calles. Pero este gobierno parece estar viviendo de fantasías y nada lo turba a juzgar porque no reacciona ante el clamor popular.
PUNTO CRITICO |
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