Llega la quincena, y lo primero que hace es arreglar su agenda para ir a visitar las cantinas del país, abandonando su hogar por el placer. Cuatro horas fuera de la casa o quizás más, buscando una felicidad vacía.
Así se la pasan muchos hombres, que hoy esperan que sus hijos se acuerden de ellos, diciéndoles: ¡Feliz día papa!
Lo triste de toda esta historia es que, a pesar que es un día para pasar en familia, los padres, a los que se refiere este escrito, lo aprovechan como una excusa más para "chupar", abandonando nuevamente a sus mujeres e hijos.
El día en que aprendamos a ser buenos ejemplos de padres respetuosos, nuestra sociedad experimentará cambios radicales en la cultura nacional de los panameños y quizás desaparezcan las familias desunidas que son muy populares hoy día. Lo dicho anterior es una realidad, pero también experimentaremos cambios radicales si aceptamos a Cristo en nuestros corazones y él, como padre de todos nosotros, nunca nos abandonará. |