Unas 300 personas realizaron una marcha silenciosa ayer, en Ginebra, en memoria del bebé de 16 meses que murió de hambre y sed, tras pasar diez días solo en una casa de Ginebra, mientras su madre, una portuguesa de 22 años, cumplía en prisión una pena de 44 días.
Los participantes en la concentración, realizada para recordar al bebé y a todas las personas que mueren en Ginebra y en el mundo en la más total indiferencia, salieron de la plaza de la catedral de San Pedro y recorrieron las principales calles de la ciudad.
Los convocantes, pertenecientes a varias pequeñas organizaciones locales de ayuda social, explicaron que con este acto tratan de lanzar un llamamiento "ciudadano y apolítico" en contra de las disfunciones de la sociedad demostradas por este drama.
Por otro lado, el abogado de la madre de la bebé afirmó ayer que un testigo se presentó en un puesto de la Policía días después de la detención de la mujer señalando que había oído el llanto de un bebé tras la puerta del apartamento de la detenida.
Sin embargo, el testigo no está seguro de la fecha exacta en la que pasó y, según el juez de instrucción, la secretaria del puesto de Policía afirma no haber oído nada . |