Ante las posiciones divergentes entre negociadores del Gobierno de Martín Torrijos y voceros sindicales en paro desde el pasado 26 de mayo, por la reforma a la Caja de Seguro Social (CSS), urge tomar en cuenta la posibilidad de nombrar mediadores internacionales para acabar con el estancamiento.
Muy bien lo dijo Saúl Méndez, uno de los principales dirigentes del Frente Nacional por la Defensa de la Seguridad Social (FRENADESSO), en que para garantizar los puntos por acordarse en un diálogo: de que es imperante la presencia de un "garante" o mediador ante la desconfianza mutua, sobre todo la actitud fuerte y determinante del gobierno de turno.
Y es que no estemos defendiendo la postura del dirigente sindicalista. La realidad es que en conversaciones divergentes, la mera existencia de un mediador permite la fluidez del diálogo.
Se ha sugerido que la Iglesia Católica y el Comité Ecuménico Nacional hagan ese papel de mediador, en el ámbito local. Empero, debido a la creciente tensión, es también conveniente buscar un interlocutor internacional.
Por años la Organización de las Naciones Unidas (ONU) efectuó negociaciones tendientes a lograr algún consenso entre grupos sindicales, los frentes empresariales y el gobierno de turno, para hacer una propuesta para salvar la Caja de Seguro Social de su inevitable descalabro financiero.
A través del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se buscaron diversos mecanismos para conocer de antemano las posiciones de los gremios obreros, de los trabajadores que en su mayoría cotizan en la CSS, además de recibir ideas novedosas para garantizar en el futuro el retiro de los ciudadanos, así como que se siguieran prestando los programas de la entidad.
¿Por qué no podemos recurrir a la ONU y al PNUD para que sean nuevamente mediadores en el conflictivo caso de la Ley 17 que reformó de tajo la Caja de Seguro Social?
De igual manera, la Organización de Estados Americanos (OEA) puede también realizar un papel de mediador en la crisis de la Caja. Este organismo regional ha visto con agrado el respaldo de Panamá a sus gestiones diplomáticas y la defensa de la democracia, como de igual forma la seguridad social.
José Miguel Insulza, actual secretario general de la OEA, ha demostrado ser un hábil diplomático que puede servir de intermediario para esta crisis.
Es hora que nuestras autoridades y la dirigencia del FRENADESSO propongan a estos organismos internacionales su ayuda inmediata. Por el bien del país, pedimos cordura y razón a las partes antes que lleguemos a una disputa incontrolable que luego nadie podrá controlar.