El entrenador de los Pistons de Detroit, Larry Brown, no encuentra la formula que le permita a su defensa controlar la genialidades del escolta argentino Emanuel Ginóbili, quien de nuevo fue con los Spurs de San Antonio la gran estrella del segundo partido de las Finales de la NBA
Su actuación, con 27 puntos y siete asistencias, fue coreada con gritos de "MVP, MVP.." por los más de 18.000 espectadores que enfervorizados vieron cómo Ginóbili una y otra vez desbordaba con sus penetraciones y tiros a canasta a la defensa de los Spurs de San Antonio.
Las acciones de Ginóbili simbolizaron el dominio completo que tuvieron los Spurs sobre los actuales campeones de liga al vencerles por 97-76 y dejarles con la ventaja de 2-0 en la serie al mejor de siete.
Hoy será el tercer partido de la serie en casa de los Pistons.
El escolta argentino es sin discusión el jugador más valioso que ha habido en los dos partidos disputados y además la clave para que los Spurs puedan viajar a Detroit sin ningún tipo de presión.
Brown había anticipado que no estaban obsesionados por una defensa especial para Ginóbili y lo demostró al ponerle sólo al alero Tayshaun Prince, pero de nuevo no le resultó ni tampoco la defensa de equipo, que fue su gran fallo.
Las rapidez, creatividad y espíritu de lucha que aportó Ginóbili -estuvo perfecto en el ataque hasta el tercer periodo-, fue demasiado para una defensa de los Pistons que volvió a complicarse con la perdida de concentración y las protestas a los árbitros.