Antes de que alabe y destroce esta película, veamos un poco de terminología de moda en esto de ir al cine. Un “remake” es una película que básicamente reproduce una previa, de acuerdo con la gente de sitio web “Don Cinema”. Otros autores definen el término simplemente como la versión nueva de un filme.
Escrito esto, puedo explicarles que el estreno del pasado martes (sí, sí, sí, …el famosillo número), “La Profecía” es un remake del filme de 1976 (estrenado el sexto día del sexto mes de ese año) que hizo Richard Donner, quien dirigió después “Superman” con Christopher Reeves y se hizo muy popular creando la serie de “Arma Mortal”, esa de Mel Gibson y Danny Glover.
En fin, La Profecía era una película que en su momento fue un éxito sin precedentes con una extraordinaria música compuesta por Jerry Goldsmith (esa pieza “Ave Satani” es fenomenal) con la cual se ganó el Oscar, unas actuaciones soberbias de Lee Remick, Gregory Peck y el niño Havery Stephens como Damián Thorn (por cierto aparece en esta como uno de los reporteros en la fiesta del niño), que se dejaba llevar por una historia interesante con buenas escenas de suspenso y una diabólica sonrisa al final que invitaba a ver una segunda parte. Lamentablemente, sus secuelas fueron menos que buenas y tuvo una innecesaria cuarta parte que hicieron para la tele, pero en Latinoamérica la pasaron por los cines, un desastre total.
Ahora, 30 años más tarde, el director John Moore, el que hizo las olvidables “Detrás de las líneas enemigas” y el remake de “El vuelo del Fénix” actualiza el clásico y le da un nuevo aire, algo flateadito al final, pero interesante.
Principales virtudes
El manejo de la edición y dirección de escenas del equipo de Moore que sin ser un gran director tiene un estilo visual impresionante; la música de Marco Beltrami que no intenta parecerse a la original; un reparto secundario de primera que incluye a Pete Postelwhaite, Michael Gambon, Mía Farrow y David Thelwis, todos extraordinarios actores que soportan el peso de la responsabilidad que tienen al hacer creíble y completamente entretenido el filme.
MAYORES DEFECTOS
Calcar el clásico de Donner, la desacertada escogencia del nuevo Damian que en realidad parece más un chiquillo caprichosito que el “mentao’ Damian”, unos protagonistas (Liev Schriver y Julia Stiles) que siendo buenos actores no le llegan en peso y talla a los originales, un final menos que aterrador si lo comparamos con la primera versión y definitivamente los comentarios de aquellas personas que no entendieron que se trataba precisamente de un remake ignorando por completo que esta historia la pasan por la tele de cuando en cuando, una que otra novia preguntando vainas obvias y con las consecuentes respuestas del novio o marido que trata de sacarla de su ignorancia, pero detrás de mi butaca y alguna ignorante que piensa que porque un niño protagoniza “La Profecía”, la película es para chiquillos y por tanto llevo al “beby” para que grite a todo pulmón por el frío infernal de la sala, los efectos de sonido del filme o siguiendo la corriente de cualquier aterrador grito de alguna chica que paga su entrada para clavarle las uñas al compañero de al lado.
Calificación: 2, 7. Al final me divertí buco, sabiendo que es una fotocopia del aterrador filme del 76.