Con estilo sin igual surge el extremo derecho,
mata el balón con el pecho y hace un pase magistral.
Se acerca al área rival derrochando jiribilla que a los contrarios humilla;
pero el central no se asusta, y sin pensarlo le incrusta los tacos en la rodilla.
El árbitro se concreta a señalar la infracción.
(Si fue negra la intención, amarilla es la tarjeta.)
Y claro que nadie objeta,
ya que es cosa comprobada que si el árbitro se enfada, la consecuencia es funesta:
para el pobre que protesta la tarjeta es colorada.
Pero falta lo mejor: el agreste comentario de un estólido gregario que se llama locutor.
Porque el ínclito señor
aprueba la felonía diciendo, sin ironía, que es bendita la patada que impidió fuera violada
la virginal portería.
"Reconocido en todo el mundo de habla hispana como actor, guionista, comediante y creador de personajes inolvidables, Roberto Gómez Bolaños ha escrito teatro, televisión, cine... y también poemas -explica la contratapa de la obra poética titulada ... y también poemas del escritor mexicano conocido como Chespirito-. Con este libro, el autor descubre otra de sus facetas y nos ofrece poesía....
Menos mal que Dios, a veces en calidad de Árbitro, otras veces en calidad de comentarista de nuestras acciones en el campo de juego de la vida, no emplea esa misma táctica. Por el contrario, Él nos trata con equidad, imparcialidad y justicia, porque es ecuánime, imparcial y justo por naturaleza. De modo que podemos acudir a Él, confiados en que siempre hará justicia en nuestro caso, y despreocuparnos de todo... a menos que seamos nosotros mismos los agresores del contrario…
Roberto Gómez Bolaños, ... y también poemas (México, D.F.: Suma de Letras.)