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El hombre moderno tiene la opción de lucir bellos o no, porque la moda ha variado.  |
Parece que los hombres siguen pasmados con la transformación de la mujer en los últimos años. Pero no todos se han quedado atrás y con los brazos cruzados esperando una vuelta al pasado. Afortunadamente algunos han decidido evolucionar, no sólo mentalmente, sino también desde el punto de vista de la estética sin tener miedo a perder su condición de 'macho ibérico' y ser tachados de 'maricas' por decidirse a mejorar su aspecto exterior. Todo un reto para ellos.
Un ejemplo de este cambio es la depilación masculina, que ha dejado de ser patrimonio de modelos, ciclistas y nadadores para que hasta los oficinistas se animen a quitarse 'un peso' de encima. Y es que el vello no es bello. Los centros de estética comienzan a recibir cada vez más hombres que quieren eliminar esos pelillos del pecho que al desabrocharse la camisa les hacen un poco 'lolailo', que quieren tener cejas en vez de una, y que quieren que se esfume el exceso de vello de su espalda, que en algunos casos puede parecer falta de higiene. Vamos, que quieren dejar de ser como el Oso Yogui.
Ya les tocaba sufrir un poquito, ¿no? o al menos dedicar una parte de su tiempo a su aspecto exterior, en algunos casos oculta por una auténtica mata de pelos. Y como la estética ha avanzado tanto, tienen donde elegir: lo más recomendable es la cera, que debilita el crecimiento del pelo, aunque también está la depilación con láser, que acaba con el vello en pocas sesiones, pero tiene la desventaja de ser mucho más cara. |