Algunos políticos de luces cortas proponen como solución a la criminalidad la pena de muerte. Otros, que están en el gobierno, piensan en la necesidad de construir más y mejores cárceles.
Pocos ven como una posibilidad para reducir la delincuencia el combate a la pobreza y la creación de oportunidades. Si a la gente se le sigue manteniendo pobre, sin escuelas, sin trabajo, sin una luz en su camino, la delincuencia y el crimen atroz se mantendrá campeando en todo el país.
Si se propicia una comunidad justa, donde todos tengan las mismas oportunidades y sobresalgan los mejores, no solo los que tienen dinero, no serán necesarias las cárceles ni la idea de la pena de muerte.
Las consecuencias de pensar que con prisiones se mejora en algo el sistema, será una sociedad represiva y tiránica, y no una democrática y con objetivos limpios. |