La calidad de vida en Panamá ha disminuido en los últimos cuatro años. No se le puede echar toda la culpa al gobierno PRD, aunque tiene algo de esa responsabilidad.
Los panameños vivimos ahora peor que años atrás, en parte por los llamados "factores externos". Allí está el precio exagerado del petróleo y algunos alimentos.
Pero en nuestro patio hemos visto las fallas del gobierno que prometió mucho y ha cumplido poco.
Entre lo primero que sufrimos está la inseguridad. Nunca antes habíamos tenido tantos crímenes y ejecuciones relacionados con la droga.
Se pensaba que al caer la dictadura militar narco-traficante bajaría el problema de la droga. No fue así, y el país se ha convertido en "el patio de atrás " del trasiego de drogas colombiana.
El PRD no ha podido aumentar la seguridad y sus nombramientos de directivos en la Policía han sido ruidosos fracasos. Ahora algunos ingenuos piensan que si los militares dirigen a la Policía eso cambiará.
Tengan cuidado, porque puede ser que en pocos años vuelvan al poder los militares, disfrazados de "efectivos" directores de la Policía.
Vivir en la capital cada día es unan tortura psicológica. El PRD no ha podido acabar con los tranques, que ahora son a cualquier hora.
El Seguro Social es una trampa de muerte y desesperación. "No hay medicinas" aunque se haya aumentado la cuota y la gente tiene miedo de tomar sus medicamentos.
También se nota la disminución de la calidad de vida en lo comunitario.
Cada día más están desapareciendo los valores cívicos y morales en los panameños.
Peleas entre vecinos se hacen más comunes. Ya no es extraño saber que padres de familia golpean a maestros y profesores. Jóvenes que prefieren las pandillas y la vagancia a trabajar de manera honrada, aumentan en el país.
Muchos panameños tienen miedo de caminar por su barrio. Menos salen por la noche a disfrutar de una velada. Se encierran en sus casas llenas de rejas por temor a ser asaltados.
Y para remate, ahora comenzó la actividad política. Sin embargo, para algunos del gobierno poco eficiente, Panamá es un país de maravillas, lleno de rascacielos, casas lujosas en el interior para turistas extranjeros y un alto índice de actividad económica.
Recuerden que no se puede tapar el sol con las manos...