Esta situación está sucediendo con cada vez más frecuencia: diferentes estaciones de gasolina que un día antes de que se den los nuevos precios de referencia para el combustible, dejan de despachar, y solo liberan su producto luego de que ha entrado en vigencia el aumento.
Esta situación se repite siempre dos miércoles por mes; un día antes de los jueves que entran en vigencia los nuevos precios (o mejor dicho, nuevos aumentos).
Sencillamente están los despachadores parados mirándose las caras, y cuando llega cualquier conductor solicitando gasolina o diesel, la contestación es "no hay". Pero apenas entran en rigor los aumentos, el combustible aparece como por arte de magia. Nadie nunca vio un camión abasteciendo la bomba.
Esta es solo una de las jugarretas que los comerciantes irresponsables y juega vivo le aplican a los consumidores.
La publicidad engañosa es algo que ninguna autoridad de comercio ha podido -o querido- combatir adecuadamente.
Si un consumidor no hace mil preguntas antes de comprar un artículo electrónico, una vivienda o un automóvil, existe la posibilidad de que le metan un gol.
Cuando ya uno está amarrado con la deuda, es que se comienza a enterar de todo lo que se tiene que pagar de más con respecto a los precios que vimos en los comerciales y anuncios publicitarios.
Desgraciadamente, como consumidores estamos por nuestra cuenta. Por más operativos que hagan las autoridades de protección al consumidor, está en nostros informarnos, comparar precios, abrir bien los ojos y hacer las preguntas precisas sobre lo que vamos a comprar.