Fuerzas policiales y militares de Etiopía reprimieron a tiros una huelga de taxistas en el centro de la capital y causaron al menos once muertos y cerca de 70 heridos, aunque se teme que el número de fallecidos sea mayor.
Los disturbios se registraron mientras rige la prohibición del Gobierno para convocar manifestaciones en Etiopía, decretada por el primer ministro, Meles Zenawi, en la misma noche de las elecciones generales del 15 de mayo.
Sólo en el hospital Black Lion, el más importante de Adis Abeba, una periodista de EFE pudo ver los cadáveres de once personas.
Los disturbios se registraron después de que grupos de estudiantes se manifestaran el lunes y martes acusando al partido en el Gobierno de fraude electoral. El lunes la policía arrestó a centenares de universitarios.
Los incidentes se producen mientras Etiopía está a la espera de los resultados finales de las elecciones del 16 de mayo, las terceras multi-partidistas en la historia del país y las primeras en la que se permitió la presencia de observadores extranjeros.
En esos comicios ganó el partido liderado por el primer ministro, de acuerdo a los resultados provisionales, pero la oposición ha denunciado serias irregularidades y ha pedido repetir la votación en más de la mitad de las jurisdicciones electorales.