Olvídelo si se llega a pensar que la Serie Final por el campeonato de la NBA será para un solo equipo o una victoria por decreto.
Los Pistons de Detroit, con su estilo en ocasiones feo y a menudo poco ortodoxo de juego, demostraron que pueden ser cualquier cosa menos fáciles de vencer.
Al poseer el control del ritmo de partido, haciéndolo feo y al sorprender a un público plagado de estrellas, el equipo que ganó la Conferencia del Este logró una victoria sorpresiva en el primer partido de la Final de la NBA ayer por la noche, al vencer 87-75 a los Lakers de Los Angeles.
No hubo manera de que se pudiera explicar lo que le pasó a los Lakers, que eran amplísimos favoritos pero cuya propia indiferencia e inconsistencia han sido sus peores enemigos. Los Lakers tuvieron un gran esfuerzo de Shaquille O'Neal 34 puntos al encestar 13 de 16 tiros a la canasta pero no tuvo el balón en sus manos el suficiente tiempo.
Los Lakers dieron una pobre actuación en el último cuarto.