E l profesional millonario me miró a los ojos y seriamente dijo: "Ni a ti ni a mí nos afecta si sube Martín al poder, ya que no dependemos del gobierno para vivir". Tenía toda la razón en apariencia el mencionado señor.
Por suerte mi trabajo en la universidad está protegido por un concurso de cátedra que me gané en buena competencia, hace ya veinte años.
Así que no dependo de la renovación del contrato, como ocurre con centenares de colegas profesores que no han logrado concursar.
Ese profesional, aunque también es profesor regular en la universidad, su mayor fuente de ingresos viene de otra actividad.
Tampoco depende del vaivén político, pues no está a merced de un puesto de gobierno, que cambiará al llegar al poder un nuevo presidente.
Sin embargo... horas después de esta conversación estaba metido en un tranque en Vía España.
Entonces comprendí que a mí también me afecta quién sea la persona que gobierne mi país, y sobre todo la forma exitosa o no como gobierne.
Porque mi sueldo no dependerá del mandatario (a) de turno, pero mi vida se desarrolla en este país. Por ello, si las cosas andan mal, entonces también seré afectado. Como un ejercicio mental me puse a pensar en la manera cómo un mal gobierno me afecta, aunque no dañe mi sueldo.
Por supuesto lo primero eran los tranques, que no han sido solucionados, tal vez porque ponen personas sin capacitación adecuada en el Tránsito. El alto costo de la vida también me daña, pues reduce mi presupuesto, aunque tenga mi sueldo seguro.
La inseguridad que hay en Panamá es otra cosa que me afecta, sea o no de este gobierno.
Si ocurren protestas debido a problemas sociales, no podré llegar a mi trabajo y mi vida se complicará.
Añada a esto el estrés que le provocará vivir en un país lleno de tensiones y líos políticos. Eso afectará mi salud mental.
Es que la existencia humana no es individual. Es como una tela de araña, donde todo está relacionado. Una cosa dependerá de otra. Por eso es que todos los que vivimos en este pequeño pero bellaco país, seremos afectados con un mal gobierno.
Ya lo vimos con la administración mireyista. Ojalá no ocurra con el gobierno torrijista. Así que no podemos meter "la cabeza en la arena", como hace el avestruz. ¡Y nuestro deber es luchar porque se gobierne bien a Panamá!
