El papa Juan Pablo II regresó este domingo a Roma poniendo fin a una visita de dos días a Suiza, en la que mostró su capacidad para seguir viajando a pesar de su avanzada edad y del deterioro físico que le ha producido la enfermedad de Parkinson.
Durante su visita, el anciano Papa polaco habló a unos 12.000 jóvenes católicos suizos y reunió a unos 70.000 fieles en una misa al aire libre en Berna.
Aunque breve, este desplazamiento demostró que Juan Pablo II puede viajar al extranjero, según sus colaboradores. El visible deterioro de su salud durante el viaje anterior a Eslovaquia, hace ocho meses, hizo temer que pudiera ser el último.
La visita a Suiza era para los colaboradores de Juan Pablo II como un examen y consideran que el Papa ha salido airoso.
El próximo viaje papal está previsto que sea un peregrinaje mariano a Lourdes (Francia), el próximo 15 de agosto, por invitación de los obispos franceses.
Sin embargo, la decisión será adoptada en el último momento, dependiendo de la evolución de la salud de Juan Pablo II.