En un certero comunicado, la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, Suiza, cuestionó los abusos a los niños refugiados procedentes de Colombia, tratados de forma inhumana, además de reiterar los constantes vejámenes a adolescentes panameños por parte de las autoridades del istmo.
También la misiva pidió a Panamá que efectúe cambios en su legislación para legalizar o naturalizar a los niños, se respete el principio que restringe la devolución de solicitantes de asilo y que se revisen las prácticas que limitan la libertad de movimiento de los colombianos que gozan de protección, especialmente de los jóvenes.