Los insectos y las alimañas de la selva se encargaron de descomponer el cuerpo de una mujer de aproximadamente 35 años. El olor a podrido, la constante llegada de aves de rapiña y una llamada anónima anunciaron que algo estaba mal, trayecto a la comunidad de Gamboa.
La escena fue horrorosa. La mujer sólo tenía entera sus extremidades inferiores, la otra mitad de su cuerpo era sólo esqueleto.
Los agentes de la fiscalía tuvieron que usar mascarillas especiales por la pestilencia que había, además por la gran cantidad de moscas verdes de gran tamaño que se posaban sobre el cadáver y que luego se paraban sobre ellos.
El hallazgo se registró a las 11:00 a.m., pero se presume que el cuerpo pudo haber cumplido una semana de estar en ese lugar.