Al menos cuatro soldados norteamericanos murieron y otros cinco resultaron heridos en un ataque perpetrado por insurgentes iraquíes en el noreste de Bagdad.
El ataque se produjo en una carretera cercana al barrio de ciudad al Sadr, cuyos habitantes son en su mayoría chiíes fieles al clérigo rebelde Moqtada al Sadr.
Las nuevas bajas norteamericanas elevan a 600 el número de militares de EU fallecidos en combate en Irak desde el inicio de la guerra.
Por otro lado, las fuerzas estadounidenses dijeron que se retirarían de las posiciones cercanas a los lugares sagrados de Nayaf, en Irak, para ayudar a apuntalar una débil tregua con los combatientes leales a Al Sadr.