La polémica provocada por el púgil estadounidense Bernard Hopkins, que amenazó con no pelear mañana, sábado, si no le cambiaban al árbitro Joe Cortez, elegido para dirigirla, llegó a su final cuando retiró sus exigencias y aceptó todo el programa como estaba establecido.
Hopkins, que expondrá el título unificado de campeón del peso mediano del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), de la Asociación Mundial (AMB) y La Federación Internacional (FIB), ante su compatriota Robert Allen, dijo que no se fiaba de Cortez, al que ya había rechazado en dos peleas más y tenía miedo que se pudiese vengar por estas acciones.
Después de amenazar que regresaría a su casa de Filadelfia si no se cambiaba a Cortez, su posición varió al entrevistarse con Francisco Valcarcel, presidente de la OMB, y valorar las consecuencias que podía tener su decisión.
Hopkins aceptó que Cortez se mantuviese como el árbitro de la pelea y de esta forma la velada que está prevista para mañana, en la Arena Grand Garden del hotel MGM, de Las Vegas, en el estado de Nevada, se dará con la doble cartelera de verlo en acción y al estadounidense, de origen mexicano, Oscar De La Hoya, que regresa a los cuadriláteros.
Las peleas de Hopkins y De La Hoya son importantes porque luego tienen ya firmado un duelo entre ambos para el próximo 18 de septiembre que se considera una de las más importantes que se puedan dar este año en el mundo del boxeo profesional.