Elena Dementieva y Anastasia Myskina, una rubia y una morena, pudieron ser modelos en vez de tenistas, pero eligieron la raqueta y ésta les unió hasta convertirse, una de ellas, en la primera rusa que ganará un torneo del Grand Slam, en Roland Garros.
Las dos tomaron el biberón de la misma entrenadora, Rausa Islanova, la madre de Marat Safin. Se conocen prácticamente como si fueran hermanas y luchan con la misma ambición, ser las mejores. Ambas tienen 22 años y nacieron tenísticamente en el mismo club, el Spartak moscovita, donde comenzaron con seis años, y desde entonces han compartido entrenamientos, hoteles, y torneos.
Treinta años después de que la primera rusa alcanzase una final de un grande, Olga Morozova, aquí en París precisamente, ante Chris Verver, Elena y Anastasia harán feliz a todo un pueblo que se apostará ante los televisores para ver cómo la central de Roland Garros se transformará en Plaza Roja.