La presión de los productores agropecuarios se sintió. Lo que no se hizo en la primera ronda de negociaciones del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos se intentará hacer en la segunda, que comienza el 7 de junio: pelear por la exclusión de 16 rubros sensitivos.
Las promesas del Ejecutivo de llevar el tema a la mesa no es tan fácil. Una cosa es intentar incluirlas como tema de discusión y otra cosa es que definitivamente sean excluidos, cuando ya en la primera ronda el equipo negociador de la administración de George W. Bush negó la propuesta.
Como perfila el ambiente, el horizonte no está muy claro en cuanto al avance de estas negociaciones comerciales que, según los nacionales, perjudicaría más al país en materia económica.
Gremios como la ANAGAM están convencidos que, si no se logra un consenso en los temas que exigen sean excluidos, no habrá TLC con USA. Esto da pie a que en efecto las negociaciones entran en una etapa donde podrían fracasar o no.
Los productores han decidido suspender las acciones de protestas por la buena fe de la presidenta Mireya Moscoso de llevar su punto de vista a la mesa, pero ¿qué ocurrirá si no prospera?
Un final feliz dependerá de la capacidad de negociación que presente nuestro equipo. Recordemos que ambos países negocian para recibir beneficios, no para ser perjudicados, es por ello que es necesario tomar en cuenta las opiniones de la clase productora que con razón defienden su terreno ante la apertura del mercado que pondrían en peligro la estabilidad de la producción nacional.
A tres días de la segunda ronda de negociaciones, en Los Angeles, Estados Unidos, el tema debe transmitir tranquilidad a todos los panameños por el bien de la salud social y económica de nuestra nación.