Son intensas las preocupaciones de la sociedad política peruana, por los problemas sociales que está enfrentando el Presidente Alejandro Toledo, a pesar de la expansión económica sobre el cinco por ciento que ha experimentado desde el año pasado, el hermano país suramericano.
Y es que el crecimiento económico o aumento de la riqueza no necesariamente trae consigo la equidad, es decir, mejores condiciones de vida para todos los sectores de la sociedad. El crecimiento es un requisito necesario, pero, no suficiente.
Los gobiernos tienen el deber y la responsabilidad de crear y aplicar los mecanismos adecuados para que los beneficios de dicho crecimiento, sean socialmente compartidos por la sufrida mayoría.
Pero, el problema de fondo del Presidente Toledo, es la falta de credibilidad por el no cumplimiento de las ofertas electorales y de su campaña, que generaron expectativas. Prometió entre otras cosas, reducir la pobreza, más trabajo digno, con remuneraciones decentes y reducción de impuestos.
Un gobierno no tiene que hacer mucho esfuerzo para maltratar y deteriorar su imagen, sólo tiene que dejar de cumplir las promesas hechas. Esta regla no debe ser olvidada por nuestros dirigentes, que se preparan para entablar la batalla final para ganar el próximo año, las elecciones y el poder. |