ABRACADABRA
"Mayor dosis de responsa-
bilidad"
"El gobierno actual debe entender, de una vez por todas, que
lo que le toca es cuidar el rancho hasta el 1° de septiembre"
Carlos Guevara Mann
En los países donde
el sistema democrático está arraigado, los gobiernos reconocen
que las elecciones dan origen a compromisos no sólo formales, como
la entrega puntual del poder, sino también sustanciales, tales como
suspender la ejecución de determinadas políticas o limitarse
a mantener la casa en orden hasta la transferencia de mando.
En los regímenes parlamentarios, el gobierno en pleno renuncia
de una vez. Permanece en el poder el tiempo estrictamente necesario para
permitirles a los triunfadores organizarse para asumir el poder.
A ningún gobernante se le ocurre promulgar leyes o realizar nombramientos
que puedan comprometer al gobierno entrante. Se reconoce que el electorado
ya emitió su veredicto y que, por respeto a la voluntad popular,
no es correcto ni saludable proseguir la aplicación de medidas que
han sido rechazadas en las urnas. Eso se llama responsabilidad.
En los regímenes presidenciales democráticos ocurre otro
tanto. Recuerdo bien las elecciones legislativas norteamericanas del pasado
noviembre, en que los republicanos perdieron varias curules.
El líder republicano en la Cámara de Representantes, Newt
Gingrich, un individuo poderoso y de mucho arrastre en su circuito, renunció
de una vez, no sólo a la presidencia de la Cámara, sino también
a su diputación. Se retiró a la vida privada.
Luego de las elecciones panameñas de 1994, que ganó el
PRD, el presidente Endara se limitó a dirigir un gobierno de transición,
que es lo que corresponde a los presidentes cuyo partido ha sido derrotado
en las urnas. Se abstuvo de tomar decisiones que pudiesen comprometer al
gobierno entrante.
Le tocaba a Panamá, por ejemplo, designar a 20 observadores permanentes
en el Parlamento Centroamericano (PARLACEN). Endara designó a 10
y dejó a Pérez Balladares el nombramiento de los 10 restantes.
Por cierto, una vez que asumió el poder, Pérez Balladares
no se limitó a designar a 10 observadores, sino que botó a
los nombrados por Endara y, en su lugar, designó a copartidarios
y amigos.
Endara también se negó a acceder a la solicitud de Washington
de recibir a 10 mil refugiados haitianos y suspendió la licitación
de la hidroeléctrica de Estí. No era responsable tomar decisiones
de trascendencia en vísperas del inicio de un nuevo gobierno.
Estas manifestaciones de responsabilidad política contrastan con
las actitudes de hoy. La cúpula del PRD perdió el referéndum
de agosto pasado, pero su estilo político no cambió. Siguieron
las imposiciones y los atropellos, como si nada hubiese sucedido, como en
el caso de los días-puente y el asalto a la Universidad Nacional.
Aunque el PRD perdió la elección presidencial del 2 de
mayo, el actual gobierno continúa su política de llenar de
amigos la administración pública e imponer su voluntad a toda
la población. La Junta Directiva de la Autoridad del Canal, controlada
por Pérez Balladares, acaba de nombrar subadministrador al perredista
Ricaurte Vásquez.
La Asamblea, dominada por el presidente, recién ha designado directora
del Registro Público a la perredista Mariblanca Staff. El Ejecutivo
acaba de nombrar comisionado de la CLICAC al viceministro de Economía,
René Luciani.
La aplanadora perredista en la Asamblea pretende también aprobar
el proyecto de ley que crea la Sala Quinta, el cual faculta al actual presidente
para nombrar a tres magistrados más en la Corte Suprema de Justicia,
dos meses antes de que termine su mandato.
Este proceder es irresponsable y no se puede permitir. La Unión
por Panamá debe actuar con energía para impedirlo, y el gobierno
actual debe entender, de una vez por todas, que lo que le toca es cuidar
el rancho hasta el 1° de septiembre, y abstenerse de tomar medidas que
afecten la buena marcha de la administración entrante.

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