EDITORIAL
Un país en ebullición política
Los observadores políticos
ven con mucha suspicacia el punto de ebullición a que se está
llevando la política criolla, la que vista desde un prisma diferente
no deja de entrever ciertas preocupaciones en el acontecer nacional.
Las declaraciones de la ministra de Gobierno y Justicia y del jefe de
la Policía Nacional sobre la situación en la frontera colombo-panameña,
además de cándidas son un insulto a la inteligencia del pueblo
panameño. Pretender minimizar las incursiones de la guerrilla colombiana
"que sólo viene a pasear" denota una falta de madurez,
ya que un pueblo aterrorizado ha tenido que huir dejando sus viviendas ante
la acción intimidatoria de los grupos insurgentes que combaten al
ejército y a los paramilitares colombianos.
Lamentable es esto, de que funcionarios de tal rango no defiendan la
soberanía del país y que vean como algo natural la presencia
de subversivos en La Miel y otras poblaciones fronterizas.
Aparte de ello, cada día se multiplican los cierres de calles
y avenidas por diferentes motivos. Cuando no son las escuelas deterioradas,
son empresas que incumplen con la comunidad como ha sido el caso de algunas
constructoras. A este país no le han dado una tregua y pareciera
que la intención es causarle malestar al nuevo gobierno, ya que el
presidente de la República, en tozudez quiere imponer por medio de
la Asamblea Legislativa la aprobación de la Sala Quinta y Casación
Laboral en la Corte Suprema de Justicia. Este proyecto que ha recibido una
repulsa aplastante ha provocado que se convoque para la próxima semana
a una gran marcha de juristas, docentes, trabajadores de la construcción
y otras fuerzas vivas de la Nación.
Este gobierno que ya está agonizando, en sus estertores sigue
jugando con candela frente a un barril de pólvora. Otro detonante
es el movimiento de los empleados del Aeropuerto de Tocumen que han exteriorizado
su preocupación por la inminente privatización que traerá
más desempleo. A esto hay que sumarle un aumento en el costo de la
construcción de vivienda, los apresurados nombramientos de funcionarios
bajo el régimen de Carrera Administrativa y otros que el Organo Ejecutivo
ha enviado a la sumisa Asamblea Legislativa para que los ratifiquen.
El gobierno del PRD cree que basta y sobra tener una mayoría parlamentaria
y eso es engañarse a sí mismo. En este país nadie puede
vivir de triunfalismo. Los gobiernos que desafían a los pueblos han
tenido siempre una amarga derrota pero esta administración parece
que no ha aprendido las lecciones de la historia para no repetirlas otra
vez.


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