EDITORIAL
Temores y suspicacias sobre las guerrillas
La lucha armada colombiana,
insurgida en las controversias bipartidarias de esa república alcanza
territorios en frontera con Panamá, donde el entrenado y modernamente
equipado Frente Noroccidental de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC) desarrolla acciones y oferta sus amenazas.
Las autoridades panameñas desde hace cinco lustros conocen de
estos eventos fronterizos, y actividades mercantiles, bancarias y sociales
se realizan a su alero, generando ventajas y beneficios recíprocos
que pocos cuestionan.
Ahora, como consecuencia de la creación de una fuerza paramilitar
en Colombia, -que se sospecha incentivan, apoyan y respaldan las fuerzas
regulares y los empresarios de Urabá-, que dedica a la persecución
de los irregulares, ahora éstos circulan con mayor frecuencia y número,
por tierras panameñas; situación irritante que deviene en
crecientes temores, en miedo colectivo, entre pobladores de la frontera
que presienten futuros enfrentamientos y sangrientos combates, de los cuales
panameños pudieran resultan lesionados, muertos o perjudicados en
sus haberes patrimoniales.
Esta realidad debe publicitarse, nunca ocultarse, y menos negarla;
divulgando con claridad y exactitud, de manera que escenas filmadas como
las que presentó el Canal 13 de televisión, no cause las conmociones
e irritaciones que hoy verificamos en la opinión pública.
Las protestas contra la insurgencia guerrillera colombiana, de paseo
selvático contra nuestro territorio, no debe conducir al desenfreno
de reclamar y producir una guerra contra tales irregularidades, apropiándonos
de un histórico problema que compete a aquella nación sureña.
Darién y Kuna Yala requieren de programas sólidos para
atender sus carencias públicas, entre ellos, vías de comunicación,
infraestructurass urbanas y de servicios hídricos, escolaridad, colegiación,
preservación cultural, afianzamiento de las autoridades administrativas
y policiales, de manera que con ellos se conjuren vicios, desvíos,
y aprovechamientos indebidos que allí asientan, como las excavaciones
mineras del Valle de los ríos Tuquesa y Tupisa, donde más
de mil lavadores de oro depredan ríos, contaminan aguas, explotan
recursos, sin que Panamá participe, controle o autorice tales actividades.
No debemos olvidar que las acciones de contención antiguerrillera
pasan por impedir el suministro de vituallas que en próspero trato
mercantil se realiza desde nuestro país; los trasiegos de armas y
explosivos, así como los arreglos bancarios de dineros de la guerrilla.
Los ciudadanos sencillos, se preguntan si éstas búsquedas
publicitarias y los crecientes pronunciamientos violentistas de sectores
de opinión, responden a incentivos de una estrategia dirigida a desmontar
las protestas y las críticas al régimen perredista, ahora
cuando pretende imponer una Sala Quinta en la Corte Suprema de Justicia,
y oscurecer las investigaciones de peculados millonarios y arreglos contractuales
dudosos, que alcanzan la cúspide del mando.


|



|
AYER GRAFICO |
Militares panameños de la Guardia Nacional participan en la "Operación
Centroamericana" |


|