Las relaciones sexuales entre adolescentes y niños se han convertido en un problema sin solución en Panamá. Aunque algunos quieran mirar hacia otro lado, la situación empeora cada día. Parece que los técnicos no encuentran una fórmula para enfrentar el problema.
Semanas atrás asistí como jurado a la sustentación de una tesis sobre una campaña de prevención de embarazos, realizada por el Despacho de la Primera Dama.
Los resultados logrados por las dos estudiantes investigadoras indicaron que los jóvenes habían captado el mensaje.
Señalaba la campaña que un embarazo en la adolescencia puede causar problemas y afectar el futuro de los jóvenes.
Conversamos los profesores el asunto y surgieron ideas variadas sobre cómo orientar a los jóvenes en asuntos del sexo.
Por más que se les diga a los adolescentes las consecuencias del sexo sin protección, la realidad es que muchos lo hacen. Luego vendrán las enfermedades y los embarazos no deseados.
Aquí surgió el asunto de la responsabilidad. ¿De quién o quiénes es la responsabilidad?
Claro que de ambos. Se complicó la charla cuando se dijo que, por lo general, el varón "sale huyendo" de su responsabilidad.
Esto ocurre incluso con gente adulta que no quiere pagar pensiones alimenticias, atender a los hijos, etc.
Para algunos, decir que "la mujer al final quedará con el bulto" es señal de machismo.
Cuando dije que "el hombre propone y la mujer decide" tener una relación, con protección o sin ella, no gustó a todos.
No quiero que piensen que uno defiende a los hombres, pero la realidad no se puede ocultar.
En Panamá los embarazos no deseados han aumentado. Incluso se tuvo que cambiar la ley y ahora permiten a una adolescente seguir en su colegio... ¡con su barriga!
Existen personas que están en desacuerdo con mezclar a niñas que ya dejaron "la inocencia", porque consideran que son mal ejemplo.
Sin embargo, es una solución para un problema que cada día aumenta, y que demuestra el fracaso de la educación sexual en el país.
Hay que continuar con programas como ese del Despacho de la Primera Dama que fue motivo de la Tesis. Pero también decirle a niños y jóvenes las verdades amargas.
Tener sexo sin amor, o por curiosidad, y lo peor hacerlo sin protección, es como jugar a la "ruleta rusa". No los matará, pero afectará negativamente el resto de sus días.
El problema es enorme, complejo y difícil...