No hemos hecho nada renunciando al escudriño de las centurias pasadas en su lento caminar, indagándolas austeramente con ahínco, dando la mirada retrospectiva a los secretos prodigiosos acumulados por la histórica verdad, deshojando el silencio cómplice de los siglos pasados. En el año 1523, Carlos V luego de escuchar el informe suministrado por algunos de sus prominentes conquistadores, referente a la proximidad de los dos océanos en un punto geográfico encontrado, prorrumpió: el hombre no debe separar lo que Dios unió.
Esta puede haber sido la mejor respuesta que hombre alguno haya dado en la vida con respecto a nuestro destino. Pero la motivación continuó y en el año 1880 por iniciativa de dirigentes franceses se inaugura la obra del Canal Francés, constituida jurídicamente en la Compañía Universal del Canal Interoceánico. Y en el año 1882, se inicia la obra rodeada de la mayor expectativa y entusiasmo de la época. Y en el año 1887 los trabajos fueron definitivamente suspendidos. Otro cliente acudió al llamado frente a la quiebra fraudulenta anterior: los Estados Unidos, proponiendo el Tratado Herran Hay promovido por el pueblo norteamericano, luego rechazado por el Senado colombiano. Pero las presiones no se hicieron esperar, luego de efectuarse la separación de Colombia, Panamá negocia el Tratado Hay-Buneau Varilla, convenio cruel y mortificante para el pueblo panameño. Esta maraña se rubricó el 18 de noviembre de 1903. Nosotros pusimos la cintura natural, ellos la piqueta inclemente que hoyó nuestro noble corazón incipiente de república independiente. Zanja que impresiona muchas veces dándonos la idea de estar ante un río de turbulencia arrolladora, otras, un débil hilo de agua apaciguado y triste. Su costo ascendió los trescientos millones de dólares en tiempos de oscuridad en que el dinero tenía un valor intrínseco superlativo.
Esperamos trabajos para los que están en vilo, cuidado con las ficciones imposibles.