María Rangel y sus pequeños hijos se salvaron de morir aplastados por un árbol, gracias al ladrido de un perro y la misericordia del Todopoderoso, cuando un enorme árbol de caucho que cayó encima del techado de uno de los cuartos de su vivienda.
La afectada contó la pesadilla que vivieron, eran las dos de la madrugada el perro ladraba desaforadamente, su papá la llamó para avisarle en ese momento las ramas caían encima de la recámara que dormía junto a sus hijos.
"Sólo escuchamos el estruendo para salvarnos de una tragedia, no les quedó más remedio que salirse por la ventana que conduce directamente a la sala de mis padres, la única alternativa para ponernos a salvo era desalojar el lugar de inmediato", contó.
Sorprendida por lo sucedido recuerda que el ladrido del perro y su padre, la pusieron en alerta, uno de sus hermanos y otro pariente la ayudaron a sacar primero a los niños, luego mi esposo y yo subieron por el sillón para salir por la ventana.
"Sentimos temor principalmente por los niños son dos gemelos de 4 añitos y el mayorcito que tiene 6 años, gracias a Dios no sucedió una tragedia, el grandecito se enfermó y nos quedamos en este espacio de la casa", recordó.
Recuerda que hace un año preocupados por el enorme árbol se presentaron a la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), donde personal técnico de la institución realizó la inspección, confirmando que la raíces estaban podridas.
Manifestó que le correspondía contratar a las personas para talar el árbol, ya que si la institución realizaba el trabajo le resultaría más costoso, la recomendación era buscar a alguien que se encargara del trabajo.
Aseguró que como carecen de suficiente recursos, ahora se desplomó. Y la situación es preocupante, ya que hay otro árbol antiguo como el que se desplomó.
Personal del municipio y bomberos procedieron a talar el árbol para despejar las ramas desde esa hora de la madrugada. La jornada se extendió parte del día por la magnitud del árbol.