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Los líderes de la OTAN fueron testigos de la inclusión de Rusia en el pacto atlántico.  |
El primer ministro ruso, Vladimir Putin, suscribió en la localidad italiana de Pratica di Mare la 'Declaración de Roma', un documento histórico que establece la creación de un organismo conjunto de coordinación entre Rusia y los otros 19 países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para la toma de decisiones en materia de defensa.
La firma convierte a Rusia en "socio igual" dentro de la Alianza Atlántica, según su secretario general, George Robertson.
Rusia se sentará en adelante, con voz y voto, pero sin derecho de veto, junto a sus viejos enemigos de la guerra fría, que enterró sus últimos vestigios en la base militar italiana de Pratica di Mare, situada a 30 kilómetros al sur de Roma.
La Federación Rusa, representada por el presidente Putin, ocupó ya su lugar en la mesa redonda del "Consejo a veinte", entre Portugal y España, siguiendo el orden alfabético en inglés.
El acuerdo suscrito ayer y perfilado hace 15 días en Reikiavik tiene como prioridad la lucha contra el terrorismo internacional, tras la amenaza surgida de los atentado del 11 de septiembre, que han contribuido a acelerar su firma.
Otros cometidos fijados en la Declaración de Roma hacen referencia a la no proliferación de armas de destrucción masiva, el control de armamento, la gestión de las crisis regionales, las misiones de paz y lo planes civiles de emergencia.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, calificó el acuerdo de "hito histórico, que ha permitido superar 50 años de 'guerra fría'". Con similares palabras lo saludó su homólogo ruso, Vladimir Putin, que definió la reunión de ayer en Italia como "un punto de partida decisivo hacia la seguridad y la paz indivisible". |