C on motivo del censo, algunos tuvieron temor de ser asaltados por bellacos disfrazados de empadronadores. Este temor estaba en los más altos jefes de la actividad. Si no lo creen, ¿por qué no se mostró antes cómo iban a ir identificados los que harían el Censo? Es que vivimos una época de temor, porque la inseguridad y la maleantería se han tomado calles y viviendas de Panamá. Y la Policía, por más militares que tenga de la época de la dictadura, no ha podido solucionar el problema.
Si los maleantes pueden disfrazarse de policías, con chalecos antibalas y uniformes y todo lo demás, ¿qué les costará aparentar ser empadronadores?
Es el Panamá de estos momentos. Nos hemos convertido en campo de batalla de pandillas nacionales y extranjeras. Hasta de al lado llegan "turistas" con familia y todo. Roban por semanas y luego huyen con el botín...
Ya no hay privacidad en las calles e instituciones. Ni la Universidad de Panamá se salva de las cámaras vida-ajenas.
Hemos aceptado porque las filmaciones de algunos de estos artefactos ha llevado a detener a los delincuentes.
Es tan grande el temor que no le extrañe encontrar un sofisticado sistema de filmación en una humilde tienda de chino.
"Echándole sal a la herida", como dicen algunos en Gatuncillo, alguien sugirió públicamente que no salgamos con tarjetas de crédito "si no la vamos a usar".
Recomendaron guardarlas en un lugar "seguro" en las casas... Los llamados "secuestros express" están de moda.
Una de mis alumnas me explicó por qué usa zapatillas. Luego de su curso nocturno, tiene que viajar a su casa en La Chorrera.
"Al bajar del autobús, corro para evitar que unos chiquillos me asalten", dijo con una sonrisa.
Pensé con amargura en qué país nos habíamos convertido.
La inseguridad es la principal falla de este y otros gobiernos, señalan los panameños en las encuestas.
Creo que hay que mejorar las técnicas de prevenir los delitos. Si los panameños no pueden, que contraten a norteamericanos o judíos. Nadie se molestará, porque deseamos vivir en un país seguro.
También hay que hacer cumplir las penas a los delincuentes, ya sea el humilde ladrón hasta el más encumbrado bellaco.
Me refiero a que no es buen mensaje a los maleantes decir que Noriega cumplió su pena cuando en Panamá nunca ha estado en la cárcel.
Menos positivo es dar indultos a policías que no hicieron bien su trabajo...