Como residente en el área oeste de la provincia de Panamá me consta la excelente labor del Ministerio en la construcción y reparación de obras de infraestructura vial en la región, ya sean caminos de tosca o asfalto, que permiten ahora el acceso rápido a comunidades alejadas, en pocos minutos.
Carreteras como las que conducen a Río Congo, Mendoza, La Mitra, Cerro Cama, Puerto Caimito, Nuevo Emperador y la circunvalación que va desde La Polvoreda a Loma Cová en Arraiján, han sido objeto de trabajos de remozamiento completo con su respectivo doble sello asfáltico y señalización que facilitan a los automovilistas viajar cómodamente sin ningún tropiezo.
Estas obras tienen un impacto positivo en el transporte particular y de pasajeros, en la economía de sus pobladores por la facilidad con que pueden acarrear los productos a los mercados.
Sin embargo, estas obras están presentando una incomodidad para los automovilistas y peatones, pues carecen de hombros o aceras, lo que obliga a estos últimos caminar sobre la vía con los riesgos consiguientes.
En el diseño y ejecución de estas obras no se contempló la habilitación de hombros, y por el grosor de la capa asfáltica o superficie de rodadura la salida del automóvil de la ruta es casi imposible, e incluso a cierta velocidad se corre el riesgo de un volcamiento. Muchas de estas carreteras se construyeron sin los debidos retiros y servidumbres correspondientes, desluciendo cuantiosas inversiones estatales que deben ser bien recibidas por los moradores. |