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Sin embargo, gasto gasolina como agua

Redacción | Crítica en Línea

Los que tenemos auto y no somos millonarios, aún recordamos con horror aquellos días a mediados del año 2008 en los que la gasolina la encontrabas a precios por encima de los 4 dólares el galón.

Era una verdadera pesadilla depositar 20 dólares de gasolina, y ver que la aguja del tanque a duras penas subía al cuarto de tanque. Fueron unos días en que muchos panameños tuvieron que hacer uso de fuentes alternas de transporte (y de la imaginación) para poder llegar a los destinos. Se combinaba el uso del automóvil en la noche y fines de semana con el bus en las horas pico. De vez en cuando los vecinos que trabajaban en lugares cercanos se ayudaban con "botes" y se organizaban para usar un solo auto. Y si se tenía que hacer un mandado en un lugar no muy lejano, pues se iba en el clásico Dodge: "dodge patas".

Pero se desató la crisis financiera y económica internacional, y una de las pocas buenas noticias generadas de aquello fue que los precios de los hidrocarburos se fueron al piso. O mejor dicho, volvieron a la normalidad, porque no es que ahora el galón de gasolina esté precisamente "barato".

La gente tuvo un respiro, pero sucedió algo curioso. Cuando el combustible se reubicó en el rango entre los 2 y 3 dólares el galón, como por arte de magia las calles se volvieron más intransitables que nunca. Con la gasolina a precios normales, el problema del tráfico en la ciudad capital se mostró en su verdadera dimensión.

¿Qué fue lo que pasó? La gente volvió a la vieja costumbre de malgastar el combustible, al igual que hacíamos con la luz cuando era pública, y al igual que hoy en día con el agua potable. Mientras unos sectores del país no cuentan con el vital líquido, en el área metropolitana la gente sencillamente la deja correr como si fuese un bien infinito.

No abandonemos las costumbres de ahorro de combustible que adoptábamos cuando estaba caro.

Cuando tenga que utilizar su vehículo, lo más correcto es hacer una lista de las diligencias que tiene que hacer y evitar así salidas adicionales que originen mayor consumo.

Si tiene que comprar alimentos en el supermercado y otros artículos haga la compra en una sola salida. Estacione el vehículo en un lugar cercano a los establecimientos que tiene que visitar para no estar arrancando su auto para ir de un lugar a otro. Camine un poco y así se ejercita -lo que es bueno para su salud- y además ahorra algo de dinero.

Hay personas que residen a menos 200 metros de un centro comercial y en vez de dirigirse caminando, toman su vehículo, como si la gasolina y el dinero vienen en regalo.

Los tiempos no están para el despilfarro. Si bien la gasolina está más o menos soportable, no así está la canasta básica. El ahorro en una cosa puede compensar a la otra.



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