Gustavo Pérez, el ex militar que se encargará de la dirección de la Policía Nacional a partir del 1 de julio, respondió alto y claro, sobre lo que será su función al frente de la institución de seguridad pública.
Su padre, del mismo nombre, dirigió esta institución al inicio del Gobierno de Martín Torrijos y como cosa del destino, casi cinco años después le tocará a él tomar las riendas de la Policía y buscar la manera de ganarle la batalla a la delincuencia.
Sin embargo, algunas voces han dejado sentir su rechazo a su nombramiento, pero él, de manera pausada, solamente le pide tiempo y confianza a la población para efectuar su trabajo.
No ha tomado posesión y ya han surgido voces en su contra. ¿Qué le dice a esos detractores?
"El presidente electo me ha solicitado que lo apoye resolviendo el problema gravísimo de la inseguridad ciudadana. Respeto mucho la opinión de los detractores, por eso les pido, con igual respeto, que esperen a ver nuestros resultados. El 1 de julio iniciaremos la brega".
¿Cuál es su formación?
"Seguridad, control de riesgos, ciencias políticas y administración de empresas".
Usted formó parte de las antiguas Fuerzas de Defensa. ¿Por qué dejó la carrera?
"Porque decidí explorar nuevas oportunidades de crecimiento profesional".
¿Tiene usted la varita mágica para devolverle la seguridad a los panameños?
"No tengo varita mágica, pero sí un gran deseo de ayudar a que los panameños podamos caminar por las calles seguras sin temor a ser asaltados, violados o asesinados".
¿Está empapado en la realidad que se vive en la Policía Nacional?
"Sí. Pero estoy seguro que después del 1 de julio, tendré una mejor visión de la realidad".
Según su consideración,
¿qué le ha faltado a los últimos directores de la Policía?
"Los últimos directores han hecho un buen trabajo. La dirección de la Policía Nacional es el eje de la solución, pero el problema es complejo e integral. Requiere una acción interinstitucional coordinada y el apoyo permanente del presidente. Tenemos la visión integral y el apoyo total del presidente".
¿Sigue en contacto con Manuel Antonio Noriega? Le ha llamado en los últimos días?
"No mantengo contacto con él. El llamó a mi padre en su lecho de enfermo y me tocó contestar la llamada".
Mucha gente, especialmente los civilistas, le temen a los ex militares. ¿Por qué cree usted que se da esa situación?
"Comprendo su preocupación, pero no hay nada que temer. Quienes deben tener temor son los delincuentes que asesinan, asaltan y roban a los ciudadanos honestos"
¿Dicen que saltó en paracaidas con Hussein y que conoció a Kaddafi?
"No salté en paracaidas con Hussein y conocí accidentalmente al presidente libio".