Alerta amarilla
en Volcán San Cristóbal en Nicaragua

Agencias
Internacionales
Las
autoridades nicaragüenses decretaron ayer jueves alerta
amarilla en 22 comunidades vecinas al volcán San Cristóbal,
140 km al noroeste de Managua, ante el peligro de que se produzcan
deslaves causados por la actividad volcánica y las lluvias.
"Decretar alerta amarilla significa tener estudios constantes
de los puntos vulnerables, preparar los refugios y tenerlos listos
al momento que se dé una alarma", afirmó el
secretario ejecutivo del Sistema Nacional para la Prevención,
Mitigación y Atención de Desastres, Arturo Harding.
El Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (INETER)
calcula que desde que el volcán San Cristóbal -de
1.745 metros de altura- inició su actividad volcánica,
el pasado 20 de noviembre, ha lanzado 3,5 millones de metros
cúbicos de ceniza que se han acumulado en el propio cono
y las laderas el volcán.
Los expertos de INETER temen que la arena acumulada alrededor
del volcán en los últimos cuatro meses, sea arrastrada
por fuertes lluvias y afecte a las comunidades ubicadas en las
cercanías, de las que están en mayor riesgo Rancheríos
y Los Pellizcos, que suman más de 4.000 habitantes.
El pasado 13 de diciembre ocurrieron dos deslaves a sólo
4 km de la comarca Los Rancheríos, tras un aguacero que
duró 20 minutos.
"Una hora continua de lluvia debe ser la primera señal
de alarma para iniciar la evacuación de las comunidades",
alertó el martes pasado el jefe de Defensa Civil de Ejército,
mayor Gilberto Narváez.
Funcionarios de INETER y Defensa Civil recomendaron construir
un dique en las faldas del volcán, que serviría
de muro de contención para evitar que sean afectadas las
comunidades por los deslaves.
El Ministerio de Hacienda y Crédito Público
desembolsó 2,5 millones de córdobas (unos 200.000
dólares) que se necesitan para realizar trabajos recomendados
por los expertos para reducir los riesgos.
Hardig informó que ayer jueves fueron llevados los
primeros tractores al lugar, para iniciar trabajos de ampliación
de cauces aledaños a las comunidades, para que fluyan
las corrientes de lodo de arena volcánica.
El funcinario advirtió que a pesar de los esfuerzos
que realicen para prevenir un desastre, es muy difícil
evitar que "no haya destrucción" en caso de
una emergencia.
"Lo que vamos a tratar es que no hayan pérdidas
humanas, porque la naturaleza es caprichosa", comentó.
El desastre más grande ocurrido en Nicaragua, como
consecuencia de un deslave, fue el 30 de octubre de 1998 cuando
unas 2.500 personas de cinco comunidades murieron sepultadas
bajo toneladas de lodo, piedra y árboles que descendieron
del volcán Casitas (130 km al noroeste de Managua), en
medio de la emergencia provocada por el huracán Mitch.
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El desastre más
grande ocurrido en Nicaragua, como consecuencia de un deslave,
fue el 30 de octubre de 1998 cuando unas 2.500 personas de cinco
comunidades murieron sepultadas bajo toneladas de lodo, piedra
y árboles que descendieron del volcán Casitas (130
km al noroeste de Managua), en medio de la emergencia provocada
por el huracán Mitch.
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