A un grupo de estudiantes de segundo grado se les hizo las siguientes preguntas con relación a sus madres:
- ¿Por qué hizo Dios a las madres?
- Porque ellas son las únicas que saben dónde están las cosas.
- ¿Cómo se portaba tu mamá cuando era niña?
- Mi mamá siempre ha sido mi mamá y nada más.
- Yo no sé porque yo no estaba ahí. Pero yo me la imagino bien mandona.
- Dicen que se portaba bien.
- ¿Por qué se casó tu mamá con tu papá?
- Porque mi papá sabe hacer el mejor espagueti del mundo. Y mi mamá come mucho.
- Mi abuela dice que es porque mamá no lo pensó bien.
- ¿Quién manda en tu casa?
- Mamá no quiere ser la que manda, pero le toca porque papá no es muy avispado.
- Mamá es la que manda... porque cuando revisa mi cuarto, ella ve las cosas debajo de la cama.
- Supongo que la que manda sea mamá, pero sólo porque ella tiene mucho más que hacer que papá.
- ¿Qué diferencia hay entre las mamás y los papás?
- Las mamás trabajan en sus empleos y siguen trabajando cuando llegan a la casa; los papás sólo trabajan en sus empleos.
- Las mamás saben cómo hablarles a las maestras sin asustarlas.
- Los papás son más altos y más fuertes, pero las mamás son más poderosas porque ellas son las que nos dan permiso para pasar la noche en casa de un amigo.
- Las mamás usan superpoderes; saben cómo hacer que uno se sienta mejor sin medicina.
- ¿Qué le falta a tu mamá para que sea perfecta?
- Por dentro ya es perfecta. Por fuera, creo que alguna clase de cirugía plástica.
- Si pudieras cambiar una sola cosa en tu mamá, ¿qué sería?
- Yo haría que mi mamá fuera más inteligente, para saber que la culpa la tiene mi hermana y no yo.
- Me gustaría que no tuviera esos ojos invisibles en la parte de atrás de la cabeza.
Las ocurrencias de los niños no solo nos sirven de diversión; también nos llevan a la reflexión. Por ejemplo, la respuesta del último niño nos hace pensar en el proverbio del sabio Salomón: «Los ojos del Señor están en todo lugar». Más vale que cada madre, consciente de la influencia que ejerce sobre sus hijos, se esfuerce al máximo por ser piadosa para reflejar la imagen de Dios.