El gobierno del presidente Martín Torrijos habló de que construirían una patria nueva, pero nos han demostrado que pusieron el 1 de septiembre del 2004 la primera piedra pero nunca construyeron nada. Tal es el caso que la seguridad pública, que se ha convertido en un verdadero chiste para los antisociales, ya que los mismos ven a los diferentes destacamentos de seguridad como a Curly, Moe y Larry (LOS TRES CHIFLADOS). Las bandas y pandillas en vez de disminuir, han crecido: ya existen 27 bandas organizadas y 218 pandillas. Lo más lamentable en todo esto fueron dos cosas.
Primero: el nombramiento del Lic. Gustavo Pérez, que manifestó en su primer día de trabajo que él no tenía conocimiento del trabajo que tenía que realizar en materia de seguridad como director nacional de la Policía, pero que en el camino aprendería.
Segundo: fue el mal nombramiento y cambio infantil del viceministro de Hacienda y Tesoro, que tuvo un sueño de que él sí arreglaría el flagelo de la delincuencia. Pero por su gran falta de conocimiento, el Lic. Rolando Mirones solo ha servido para mirar y lamentarse en los medios; de allí, más nada. Es muy lamentable escucharlo hablar o gloriarse de los decomisos de drogas, ya que los mismos los realizaron los directores que estuvieron antes que él, pero que sí tenían mando y decisiones en las operaciones y estrategias policiales.
Como especialista en conductas humanas y en resocialización, advertí que el plan de más seguridad nunca se cumpliría si los destacamentos policivos no se capacitaban sobre el flagelo de las pandillas, mucho menos con personas que vinieron a experimentar en materia de seguridad y de resocialización. Lo mismo pasó en el MIDES y también con las dos primeras personas a cargo del Ministerio de Gobierno y Justicia, y ni hablar de los que dirigen algunas cárceles y los centros de custodia y cumplimiento de menores infractores, las cuales se han convertido en universidades del crimen y al mismo tiempo en depósitos de seres humanos.