Ciren Wangmu, una joven alpinista tibetana, pasó a la posteridad al ser la primera persona en la historia en llevar la antorcha olímpica hasta la cima del monte Everest, conocido en chino y tibetano como "Qomolongma" o "diosa madre".
Ciren, cuyo nombre tibetano es Cering Wangmo, coronó en silencio los 8.848 metros de altitud sobre el nivel del mar del "techo del mundo", tras recibir el fuego olímpico de manos de otros cuatro relevistas que cubrieron los últimos 30 metros hasta la cumbre, en medio de una espesa niebla.
Sobre sus espaldas no sólo llevaba el peso de la antorcha, sino también el político, ya que la culminación se produce en su tierra, donde hace dos meses se registraron las protestas más graves contra el poder chino en las últimas dos décadas, lo que ha empañado el relevo de la antorcha en todo el mundo con protestas contra Pekín.
La joven nació el 15 de marzo de 1985 en el distrito de Tingri, al pie del Everest, y aunque se enroló en el alpinismo hace sólo cuatro años, su ascenso ha sido tan vertiginoso como el de hoy y está considerada por sus compañeros un "genio de la montaña".
Fue su hermano menor, Ciren Danta, quien primero se alistó en la Escuela de Escaladores del Tíbet en 2002, lo que provocó una contundente oposición paterna por ser el alpinismo un deporte de alto riesgo.
CARACTER: PALABRAS DE SU HERMANO
Wangmu es "como un hombre, con un carácter muy abierto", dijo el hermano Ciren Danta, miembro de la escuela de escaladores del Tíbet en el año 2002.