EDITORIAL
Faltas, delitos y desajustes electorales
Los comicios del pasado 2
de mayo permiten determinar un conjunto de faltas administrativas, delitos
electorales y desajustes procedimentales que ameritan actuaciones de autoridad
y cambios jurídicos en las normas vigentes, de manera que se sanee
tales desvíos.
Las demoras, rayanas en tortuguismo, que sufre el proceso de escrutinio
en los circuitos plurinominales, asentados en las innumerables mesas de
votación de tales juridicciones que requieren revisión individualizada
de más de noventa datos, donde los que deben cotejar los representantes
de partidos allí designados, con miras a ofrecer la mayor transparencia
escrutadora, y el voceo de los datos del acta y las reclamaciones de los
representantes partidarios con sus argumentaciones y razonamientos específicos,
convierten el evento en fuente de inquietudes e intranquilidad.
Las reformas de la legislación electoral deberá solventar
estos aspectos y ofrecer mecanismos de modernidad, de avance, cónsonos
con los adelantos tecnológicos y contar con las herramientas de comunicación
que hoy rigen con asombrosa velocidad los quehaceres del mundo.
Los actos delictuales denunciados, entre los cuales se señala
la compra de votos; mal histórico que pretendemos erradicar, debe
tramitarse con prontitud, mediante juicio sumario, rapidísimo que
facilite castigar las dañinas irregularidades, y reforzar así
la confianza popular.
El incumplimiento de los funcionarios de elección a sus obligaciones
al retardar la entrega a las Juntas de las actas de los resultados escrutados
y sus incidencias merece las penalidades administrativas de ley; y, así
mismo, impone promover un amplio programa divulgativo que incorpore en los
ciudadanos las nociones básicas que regulan los comicios panameños.
De igual manera, se hace obligatorio que quienes colaboran con el Tribunal
Electoral en calidad de delegados, vigilantes de la pulcritud y honestidad
del acto comicial, conozcan a cabalidad las normativas vigentes para servir
de arbitradores y componedores en las reclamaciones y confusiones que se
generan en la votación.
La transmisión de los datos obtenidos en los comicios realizados
en lugares de difícil acceso y traslado -tales Darién y la
Cordillera chiricana- reclama la incorporación de sistemas electrónicos
que agilicen el cómputo en los escrutinios, evitando repetir las
demoras sufridas en esta ocasión.
Por lo expuesto, faltas, delitos y desajustes electorales deben erradicarse
en los futuros eventos comiciales y las consultas al soberano, introduciendo
los cambios legales correspondientes: así la ganancia democrática
será mayor.


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