Así como el actual Gobierno coincidió con un período de expansión de la economía global que impactó positivamente los ingresos fiscales, el nuevo Gobierno que inicia el próximo 1 de julio coincidirá con un período de contracción del Producto Interno Bruto.
En los últimos años, la demanda mundial de materias primas creció en 50%, esto debido a la demanda agregada especialmente en las economías emergentes (China, India, Brasil, Rusia, etc.). Este aumento en la demanda tuvo un impacto en nuestra economía llevándola de un crecimiento de 0.6%, en el 2001 a 11.5%, en el 2007.
No obstante, precisamente esa vinculación entre nuestra economía interna y la economía global que nos permitió vivir 7 años de vacas gordas ahora nos va a dejar ver su lado flaco.
El Gobierno erráticamente buscó resolver este problema con subsidios al consumo en lugar de la producción, lo que provocó un aumento mayor en la demanda sin resolver el problema de la especulación.
En los últimos 8 meses, el precio del petróleo ha caído -65.44%, el diésel ha caído -51.16% y la electricidad -25%, pero la CBF subió 5.41%. Esto demuestra que no es ni el petróleo ni el combustible ni la electricidad, sino la falta de políticas antiespeculación, antioligopólicas y antiacaparamiento las que han provocado la escalada de precios.
Le tocará al próximo gobierno lidiar con una inflación que en febrero arroja 3.7% total y 10% en alimentos y bebidas, pero esta vez con un decrecimiento en el Producto Interno Bruto; es decir, inflación alta con decrecimiento económico, lo que de no corregirse, puede llevarnos a una deflación que es una situación más difícil.
Recomiendo estimular la producción Nacional (para aumentar la oferta de bienes y compensar la demanda agregada), aplicar la Ley a las prácticas de especulación y oligopolio (especialmente en alimentos, generación eléctrica e hidrocarburos).
Política fiscal. De acuerdo con cifras publicadas por la Dirección de Planificación del MEF, a pesar de que la economía entre 2007 y 2008 se contrajo de 11.5% a 9.2% y que los ingresos solo aumentaron 9.4%, aun así los gastos aumentaron 22.8% despilfarrándose $585.2 millones del superávit quedando un superávit en 2008 de sólo $97.8 millones.
En el escenario más conservador, el PIB en 2009 crecerá sólo un 3% frente a un presupuesto de gastos de $6, 327.27 que asume un endeudamiento todavía inseguro debido a la crisis financiera y escasez de crédito. Si el próximo Gobierno no corrige cuanto antes esta política de despilfarro e impone mayor disciplina fiscal, quedaremos con un déficit de -$65.8 millones.